Jueves 25 de abril de 2024

Celam: "¡Cristo vive en medio de nuestro pueblo!"

  • 19 de abril, 2022
  • Bogotá (Celam) (AICA)
Mensaje de Pascua de Mons. Miguel Cabrejos , presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam)
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“¡Cristo ha Resucitado, verdaderamente ha resucitado! ¡Aleluya! ¡Aleluya!” afirmó monseñor Miguel Cabrejos en su mensaje de Pascua como presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).

Un grito de júbilo, “que resuena en el corazón de la Iglesia”, y con el que el arzobispo de Trujillo se dirigió “a todas las familias de América Latina y el Caribe para hacerles llegar mi saludo de Pascua, y abrazarlos en la alegría que nos ha traído el Señor Resucitado y que vive para siempre”.

“Con el ardor de este espíritu pascual”, monseñor Cabrejos anima a todos “a seguir peregrinando como discípulos misioneros en salida, comprometidos con la instrumentación de los desafíos pastorales, frutos de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe”. 

El presidente del Celam instó a reafirmar "nuestra esperanza en el Santo Pueblo de Dios, en tantos hombres y mujeres comprometidos con el Evangelio: obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos, y laicos”.

El mensaje Pascual también sirve para agradecer a los hermanos y hermanas que viven su fe en América Latina y el Caribe “¡por hacer tangible con su fe y con sus obras la ‘buena noticia’ del Resucitado!”. Ello porque “¡Cristo vive en medio de nuestro pueblo, a pesar de nuestras fragilidades y sufrimientos!”, porque “Él venció a la muerte para recordarnos que ‘la gloria de Dios es que el hombre viva’” enfatizó el presidente del Celam, recordando las palabras de San Ireneo y de San Óscar Arnulfo Romero: ‘La gloria de Dios es que el pobre viva’”.

Monseñor Cabrejos también destacó el Sínodo de la sinodalidad, que “nos ofrece una gran oportunidad para continuar caminando como hermanos y hermanas, animados a participar, a fortalecer la comunión y a revitalizar nuestra misión”. Algo que aparece en la última Constitución Apostólica del papa Francisco, “Praedicate evangelium”, donde dice: “Esta vida de comunión da a la Iglesia el rostro de la sinodalidad; es decir, una Iglesia de escucha recíproca, en la cual cada uno tiene algo que aprender”.

Finalmente, el presidente del Celam ruega al Señor “que nos haga experimentar la alegría de su luz”, pidiendo “que nosotros mismos seamos portadores de su luz”. Todo ello, “con el fin de que, a través de la Iglesia, el esplendor del rostro de Cristo entre en el mundo”, algo que encomienda Santa María de Guadalupe, para que “nos trasmita su alegría experimentada en el encuentro con su Hijo Resucitado”.+