"¿Qué sería de la Iglesia sin la vida contemplativa? ¿Qué sería de los miembros más débiles de la Iglesia que encuentran en ustedes un apoyo para continuar el camino?", dijo el papa Francisco a los participantes en el encuentro organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica con motivo de la "Jornada Pro Orantibus" que se celebra hoy en la Pontificia Universidad Lateranense y en la basílica de San Juan de Letrán.
María es "la madre de la esperanza", es "el ícono más expresivo de la esperanza cristiana", dijo el papa Francisco en la homilía que pronunció durante la celebración de las Vísperas de la Presentación de la Virgen María, con las monjas de clausura benedictinas camaldulenses en el Aventino, en Roma. Una homilía en la que el Pontífice invitó a "ver siempre hacia el mañana", sin detenerse en el hoy, y haciéndolo con "una actitud de esperanza". El Papa también preguntó si en los monasterios "todavía está encendida la lámpara de la esperanza". La visita del Pontífice al monasterio de clausura es parte de la Jornada de la Vida Contemplativa en el marco del Año de la Fe.
En la víspera de la fiesta de la Presentación de María, el papa Francisco concluyó su audiencia general de hoy dedicando un recuerdo especial a cuantos en todo el mundo consagran su vida a la oración en la vida contemplativa, invitando a brindar nuestro apoyo espiritual y material y elevando nuestra gratitud a Dios: "Mañana, 21 de noviembre, celebramos la Jornada ?pro Orantibus?, dedicada al recuerdo de las comunidades religiosas de clausura. Es una ocasión oportuna para agradecer al Señor por el don de tantas personas que, en los monasterios y ermitas, se dedican a Dios en la oración y el trabajo silencioso. Demos gracias al Señor por los testimonios de vida claustral y no dejemos que falte a estos nuestros hermanos y hermanas, nuestro apoyo espiritual y material, para que puedan cumplir su importante misión".