Ofrecen las privaciones propias de este tiempo sagrado en favor de los hermanos más pobres.
Con motivo de los hechos ocurridos en la localidad entrerriana de Nogoyá, donde la policía irrumpió en un monasterio de carmelitas descalzas a raíz de una denuncia de presuntas torturas infligidas a las monjas, la oficina de prensa del arzobispado de La Plata hizo público un escrito en el que se refiere a la dignidad del cuerpo humano "templo de Dios" digno de respeto, y al sentido de la penitencia entre los cristianos.
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, afirmó que "el irracional allanamiento" del convento de carmelitas de la ciudad entrerriana de Nogoyá, por una denuncia de supuestas torturas, disparó preguntas como: ¿La Iglesia permite prácticas contra el propio cuerpo?, por lo que dedicó una columna con el título "De monjas, penitencias y torturas" a reflexionar sobre las prácticas penitenciales cristianas. Diferenció la penitencia, la mortificación y la ascesis cristiana, y puso como ejemplo al fallecido cardenal Eduardo Pironio, quien visitaba a enfermos, ancianos o personas en situación de riesgo, para "sumergirse en dolor". "Era un camino genuinamente evangélico de conversión que le devolvía libertad interior para ver con claridad por dónde pasaba Dios en la propia vida. Ese es el camino de conversión al que todos estamos invitados", aseguró.
La parroquia de la Inmaculada Concepción, en la localidad de Derby, en los Estados Unidos, registró un notable aumento en el número de fieles que acuden al sacramento de la Confesión o Reconciliación. Además de la campaña llevada a cabo por la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos durante la pasada Cuaresma, el párroco, padre Janusz Kukulka, atribuye el aumento a su decisión de instalar nuevamente en el templo un confesionario tradicional que había sido removido en los años setenta.