En el Ángelus de la solemnidad del Corpus Christi, el Papa recordó que los dones de Dios -incluso los más pequeños- se hacen más abundantes cuanto más se comparten.
"¡Que la diplomacia silencie las armas!", pidió el Papa. "¡Que las naciones forjen su futuro con obras de paz, no con violencia y conflictos sangrientos!".
El Papa encomendó esta tarea a monseñor José Nahúm Jairo Salas Castañeda, mexicano, que ya había participado en la organización de algunos viajes de Francisco.
León XIV recibió los participantes en los capítulos generales de ambas órdenes a los que recordó que "no es nuestro interés personal lo que debe impulsarnos, sino el interés de Cristo".