Organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, reúne a más de 150 delegados de 65 países, en representación de 55 conferencias episcopales.
Presidió el cardenal camarlengo Kevin Farrell y participaron familiares de Jorge Bergoglio. Se desarrolló según las prescripciones del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis.