La expulsión se produjo después de que el obispo Herrera Gutiérrez criticara un tumulto organizado por las autoridades locales en el exterior del templo donde estaba celebrando misa.
La Conferencia Episcopal local se manifestó contra las deportaciones masivas desde la vecina República Dominicana, denunciando actos de violencia e injusticia contra ciudadanos haitianos.
Los obispos llaman a las autoridades a aplicar leyes y políticas migratorias "desde la justicia y el respeto a la dignidad humana" y pide evitar el trato injusto y las deportaciones arbitrarias.