"Primero es la escucha a través de un testigo, la escucha al llamado; después es el encuentro profundo con Jesucristo y luego el deseo de anunciarlo", puntualizó el obispo de San Isidro.
El arzobispo de Mendoza extrapoló el pasaje evangélico de la barca a la deriva en la tormenta a la realidad cotidiana y aseguró que "con Él podemos caminar sobre las olas".