El Papa renovó su llamamiento por la paz en el mundo, en la primera audiencia general del tiempo de Adviento de 2024.
El Santo Padre recuerda el centenario del Concilium Sinense de Shanghai y anima a los católicos chinos a dar testimonio de su fe a través de obras de misericordia y caridad.
Tras el Regina Coeli, exhortó a trabajar juntos en el cuidado de la casa común. También pidió un aplauso para la beata Pauline Jaricot y agradeció el compromiso por la defensa de la vida.
Recordó la devoción de los católicos chinos por María Auxiliadora e invitó a rezar para que la Iglesia en China, en libertad y tranquilidad, pueda vivir en comunión afectiva con la Iglesia universal.