Los obispos noruegos denunciaron la propuesta de ley, que "cancela al feto como sujeto con derecho a derechos" y la consideran un síntoma de "alejamiento del patrimonio humanista de Noruega".
Los obispos nórdicos advierten sobre la desviación del camino sinodal alemán y les dicen que no quieran cambiar la fe de la Iglesia.