El Papa exhortó a invertir los dones recibidos de Dios en el amor y el servicio a los demás, al recordar que las obras de misericordia son la inversión más segura y fecunda para alcanzar la plenitud.
"El criterio es tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estuve preso y enfermo y viniste a verme, fui forastero y me alojaste", precisó el obispo.