La plazoleta Santiago del Estero fue el lugar elegido para que en Buenos Aires pueda venerarse la imagen de la beata Mama Antula. Con la presencia de sus descendientes, y del escultor Luis Quiroz, autor de la obra, el presbítero Juan José Dal Santo bendijo la imagen y pidió a María Antonia de San José "que nos enseñe el camino de las bienaventuranzas, el camino que indicó Jesús".