El obispo de Añatuya presidió las patronales en Campo Gallo. Participaron autoridades provinciales y municipales, y concelebraron sacerdotes locales y otros que acompañan a grupos misioneros.
En el marco del 30° aniversario de su fallecimiento, en las comunidades diocesanas se reza una novena por el primer obispo de esa jurisdicción, pidiendo por su pronta beatificación.
En el primer aniversario de su fallecimiento, sus restos descansan ahora en el cementerio de la localidad santiagueña de San José del Boquerón, donde por más de 45 años sirvió a esa comunidad.
El obispo de Añatuya "agradece a Dios y a la Iglesia" por el nombramiento del presbítero Juan Ignacio Liébana, quien sirve pastoralmente en Añatuya desde hace 15 años.