Hermanos Todos: Peregrinos y Devotos de la Cruz Gil, siguiendo el camino de los Obispos que me precedieron, desde que llegué a la Diócesis, los acompaño en su devoto peregrinar hacia la Cruz Gil con mi afecto y oración y, con la Carta Pastoral Anual. Este año les propongo rezar y reflexionar con el texto de San Lucas 23, 27: “Tomaron a un tal Simón de Cirene… y le cargaron la cruz de Jesús para que la llevara detrás de él”.
Los invito a mirar a Jesús:
Por amor a todos los hombres “llevó” sobre la Cruz todos nuestros pecados (1Pe 2, 24; Is 53, 4), y al rezar el Vía Crucis lo vemos caer tres veces bajo el peso de la cruz. ¡Ahora nos toca a nosotros! Jesús está presente en cada ser humano; “lo que hagas al más pequeño a mí me lo haces” (Mt 25, 40.45), ofreciéndonos la oportunidad de ser buenos Cireneos, ayudándonos a cargar y a llevar la cruz. Pensemos de cuantas personas se valió nuestro Dios para ayudarnos en el camino de la vida y cuantas veces, a través nuestro, ayudó a tantos hermanos.
Que al regresar a nuestras casas llevemos el propósito de ayudar a todos los hermanos que encontremos aplastados por su cruz en el camino de la vida.
Los abrazo y los bendigo, como Padre, Hermano y Pastor con la señal de la Cruz, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Que la Virgen de Itatí los cuide y los guíe.
Mons. Adolfo Ramón Canecín, obispo de Goya