Viernes 29 de marzo de 2024

Documentos


Caminemos juntos hacia la plenitud de la VIDA

Editorial de monseñor José Vicente Conejero Gallego, obispo de Formosa, para el suplemento diocesano "Peregrinamos", órgano de difusión de la diócesis (Diciembre de 2021)

Con razón afirma el Concilio Vaticano II que el Espíritu Santo, santificador de la Iglesia, -habitando en ella-, la guía, unifica, rejuvenece y renueva incesantemente con la fuerza del Evangelio (cf. LG 4). Este misterio de fe se ha manifestado en el gran acontecimiento de la Primera Asamblea Eclesial Latinoamericana y del Caribe, llevada, felizmente a cabo, entre los días 21 al 28 del pasado mes de noviembre, desde la ciudad de México. De forma presencial y virtual, gracias a Dios, pudo realizarse este hermoso ejercicio sinodal, bajo la mirada tierna y la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, Madre y Patrona de estos territorios y pueblos americanos.

Con el lema “TODOS SOMOS DISCÍPULOS MISIONEROS, EN SALIDA”, centenares de asambleístas hemos experimentado, cómo el Espíritu de Dios, por la gracia de Jesucristo Resucitado, Maestro y Señor, -Camino, Verdad y Vida-, sigue presente, ilumina y actúa discretamente en todos los miembros del Pueblo de Dios: laicos, consagrados y ministros ordenados; sin tener en cuenta la edad, sexo, raza, color, cultura…, el Espíritu Santo nos va haciendo pacientemente a todos, hermanos de una misma y única familia, la Familia de los hijos de Dios; así, escuchándonos unos a otros, dialogando, expresando, en libertad, las angustias y dolores, las esperanzas y anhelos, los sueños, y discerniendo comunitariamente, en respeto y comunión.

La Palabra de Dios, la oración en comunión fraterna, la reflexión, el testimonio de tantos hermanos y la intercesión de la Madre de Jesús y de la Iglesia… ah, y no quiero olvidarme de la recomendación de las dos palabras del Papa Francisco: Escucha y Desborde(del amor creativo del Espíritu Santo), lograron que pudiéramos, en discernimiento comunitario, arribar y a proponer 41 Desafíos Pastorales, seleccionando 12 de ellos como más urgentes y necesarios para todos.

Caminar juntos, como discípulos misioneros de Jesús, desde los más pobres y sufrientes, desde las periferias geográficas y existenciales a todos, respetando y valorando los pueblos originarios y sus culturas, cuidando de la Casa común y priorizando la participación de los Jóvenes de nuestras comunidades. Esta es la tarea a la que corresponsablemente, estamos todos llamados. Ahora bien, por ser débiles y frágiles, es necesaria e imprescindible la conversión, personal y comunitaria, de las actitudes y estructuras caducas -Cf. Aparecida, 365-, que obstaculizan la acción evangelizadora de la Iglesia; entre otras: el individualismo, el clericalismo autoritario y las burocracias inútiles; en definitiva, hay que poner en práctica las palabras y el ejemplo de Jesús: Amarnos unos a otros como hermanos y servir a los demás, haciendo siempre el bien, hasta dar, como Él, la propia vida.

En este tiempo litúrgico de Adviento en el que nos encontramos, tiempo de esperanza y de sobriedad, de vigilancia y de anhelar la necesidad del Redentor que viene a salvarnos, nos preparamos para vivir intensamente el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, Jesucristo Sol de Justicia, precedido por la Aurora de la mañana, María, su Madre Inmaculada, cuya solemnidad, juntos, nueva y presencialmente, celebraremos con gozo, y en compañía de José, su justo y fiel esposo, clausurando el Año Jubilar a él dedicado.

Quiera Dios que, con la ayuda de su gracia y nuestras fuerzas, nos empeñemos en poner en práctica y encarnemos todos estos desafíos pastorales que hoy, el Espíritu Santo y la humanidad reclaman a Iglesia, Pueblo de Dios y Esposa del Señor Jesús.

¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!

Monseñor José Vicente Conejero Gallego, obispo de Formosa