Viernes 22 de noviembre de 2024

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Mensaje al Pueblo de Dios de la diócesis de Jujuy

Mensaje de monseñor César Daniel Fernández, obipo de Jujuy, ante la beatificicón de Don pedro Ortíz de Zárate (San Salvador de Jujuy, 13 de octubre de 2021)

Queridos hermanos y hermanas:

Con gran alegría hemos recibido hoy la noticia de que Su Santidad el papa Francisco ha concedido la autorización para la beatificación de Don Pedro Ortiz de Zárate y sus compañeros mártires, conocidos como los “mártires del Zenta”.

Para nosotros es una bendición muy grande del Señor que un jujeño, que fue Párroco de nuestra Catedral, y anteriormente en su vida civil, elegido por tres veces Alcalde de primer voto de la ciudad de San Salvador, sea elevado a los altares. Sus restos fueron sepultados bajo el sitio que ocupa hoy la Catedral de Jujuy en un lugar que, lamentablemente, no podemos llegar a identificar. Sólo sabemos por las crónicas que con gran devoción y recogimiento trasladaron los restos a ese sitio para darle cristiana sepultura.

La Diócesis de San Ramón de la Nueva Orán ha llevado adelante el proceso diocesano y ha monitoreado todo el desarrollo de la causa hasta su fase final. A ellos les corresponde elegir la fecha y el lugar de la beatificación. Les damos las muchas gracias por todo el empeño puesto en esta tarea y trabajaremos juntos para poder aportar lo que haga falta y sea necesario para ayudar en esta celebración.

Pero, sobre todo, creemos que el regalo de este beato, modelo de esposo, padre, hombre público, sacerdote y misionero es un gran aliento para nuestra Iglesia que peregrina en Jujuy. Debemos sentirnos estimulados y comprometidos a honrar a don Pedro Ortiz de Zarate viviendo nosotros también la heroicidad del testimonio de la fe, la esperanza y la caridad.

Demos muchas gracias a Dios por este regalo que nos hace y pidamos estar a la altura de la entrega que vivieron estos mártires. Hoy también hace falta nuestro testimonio ante un mundo que no solo se muestra indiferente a Dios, sino que muchas veces también reacciona con violencia ante el testimonio de nuestra fe. 

Con el mismo amor con que don Pedro se lanzó a la evangelización, haciendo descubrir la riqueza del amor de Dios por todo hombre, así nosotros renovemos nuestro ardor misionero y evangelizador como la mejor respuesta a este regalo de Dios que hoy hemos recibido.

Entonces, a preparar nuestro corazón para la beatificación, que suponemos será el próximo año, a la par que en la medida de las posibilidades conozcamos y hagamos conocer mejor la riqueza de estas vidas entregadas para el crecimiento del Reino de Dios. La Iglesia desde sus orígenes tuvo conciencia de que “la sangre de los mártires es semilla de cristianos”. Dios quiera que nuestro aporte sea hacer germinar estas semillas con el testimonio de nuestra fe y de nuestro amor.

Con mi paternal bendición:

Mons. César Daniel Fernández, obipo de Jujuy