Habiendo ya comenzado a transitar el camino del Jubileo 2025, bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, y en pleno proceso sinodal para renovar nuestra Pastoral Orgánica, a la luz del misterio de la Pascua, los invito a vivir la cuaresma como un tiempo de gracia y discernimiento.
1. Tiempo de gracia
El jubileo, sin dudas, es el marco fundamental para el camino cuaresmal de este año. Decir jubileo es hablar de alegría, gozo, por la salvación presente, actual. Es hablar de gracia y de don de Dios. Es pensar y vivir una renovación interior y de nuestras comunidades.
El lema “Peregrinos de Esperanza” nos marca el camino. En su convocatoria a este jubileo el Papa Francisco nos dice: “La esperanza efectivamente nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz: «Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida» (Rm 5,10). Y su vida se manifiesta en nuestra vida de fe, que empieza con el Bautismo; se desarrolla en la docilidad a la gracia de Dios y, por tanto, está animada por la esperanza, que se renueva siempre y se hace inquebrantable por la acción del Espíritu Santo” (SNC 3).
Los dones definitivos de la salvación y de la vida nos llegan por el Espíritu Santo que Jesús Resucitado envía a los discípulos (cf. Jn 20,21-22). Por eso, todo el trayecto cuaresmal está orientado y atraído por el misterio de la Resurrección del Señor, por su corazón traspasado por amor (cf. DN).
2. Tiempo de novedad
A nivel diocesano el camino jubilar coincide con el proceso de renovación de nuestra Pastoral Orgánica en perspectiva sinodal. En los últimos meses hemos recogido los frutos de la escucha. También nos hemos reunido en Asamblea Diocesana para comenzar a discernir la voluntad de Dios para los próximos tiempos.
La cuaresma primero, y luego el tiempo pascual, serán momentos decisivos para madurar el discernimiento y para decidir, mediante el consenso del Espíritu, la plataforma en la que se apoyará nuestro caminar sinodal en los próximos años como Iglesia Particular de Reconquista.
Confiamos en el Señor y en los dones de su Espíritu, que nos seguirán conduciendo en nuestras opciones.
3. Algunos instrumentos
Las recomendaciones sugeridas para la vivencia del año jubilar como la peregrinación, la oración, la penitencia y la gracia de la indulgencia son oportunidades que el Señor nos ofrece para este recorrido.
También, y en especial relación a la renovación de la Pastoral Orgánica, les ofrezco “cinco catequesis” que podrán ser meditadas cada uno de los cinco domingos de cuaresma. En ellas, trato de reflejar algunos aspectos fundamentales del Documento Final del Sínodo (DFS), para que este material oficie de inspiración del proceso que estamos realizando. No son una síntesis del mismo, sino una especie de introducción a su conocimiento, que sería muy provechoso que se leyera en forma completa.
Se trata de un material que no podemos desconocer y que nos puede ayudar mucho en la definición de las orientaciones pastorales que vayamos a decidir juntos para Pentecostés. El formato de las mismas tendrá diferentes niveles. Un texto no demasiado extenso, una síntesis breve y una palabra clave, para que todos podamos aprovecharlo, y también difundirlo.
Por su parte y en el momento oportuno, el Consejo Diocesano de Pastoral les hará llegar la síntesis de la última Asamblea Diocesana y las consignas a tener en cuenta, camino a Pentecostés.
Les deseo a todos que puedan vivir con esperanza y compromiso este tiempo cuaresmal, para que la alegría de la Pascua vuelva a florecer en nuestros corazones y en nuestra Iglesia Diocesana. Reciban mi afecto y bendición.
Sede Episcopal de Reconquista, Miércoles de Cenizas, 5 de marzo del Año del Señor 2025.
Mons. Ángel José Macín, obispo de Reconquista