Viernes 22 de noviembre de 2024

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Creo en el Dios crucificado

Reflexión de monseñor Sergio O. Buenanueva, obispo de San Francisco, publicada en "La Voz de San Justo" (24 de marzo de 2024)

“Muchos extendían sus mantos sobre el camino; otros, lo cubrían con ramas que cortaban en el campo. Los que iban delante y los que seguían a Jesús, gritaban: «¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!»” (Mc 11, 8-10).

Con el Domingo de Ramos, entramos en la Semana Santa. Su punto culminante será la celebración anual de la Pascua.

Montado en un asno, Jesús entra en Jerusalén, despertando la esperanza en el pueblo que lo aclama como Mesías. Poco después, ese fervor se volverá furia y el Mesías terminará en una cruz. Sin embargo, un soldado pagano, al verlo morir así exclamará: “¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!” (Mc 15, 39).

Al iniciar esta Semana Santa somos invitados a esta misma confesión de fe: reconocer el rostro de Dios en el Crucificado y a decirle “amén” con nuestra plegaria. Comparto la mía:

Guardo en la memoria del corazón, Señor, un hecho de mi niñez. Un viernes santo, alguien me indicó que tenía que sumarme a la fila de los que se acercaban a besar tu cruz. Con la docilidad y simplicidad de un niño lo hice.

Ahora que soy un hombre adulto, empiezo a comprender que, de ese gesto de niño, nacieron muchas cosas decisivas, las que echan raíces en el corazón y dan sustento a mi propia vida.

Señor, no puedo dejar de hacer mi personal confesión de fe, como aquel centurión pagano al pie de la cruz.

Creo en Vos, Dios crucificado, que me has amado hasta entregarte por mí.

Creo en Vos, Dios humilde, que, de esa forma has venido a buscarme y me has redimido.

Creo y espero en Vos. Amén.

Mons. Sergio O. Buenanueva, obispo de San Francisco