Jueves 21 de noviembre de 2024

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40° Aniversario de Cáritas Quilmes

Alocución de monseñor Carlos José Tissera, oobispo de Quilmes en el 40° aniversario de Cáritas diocesana (29 de septiembre de 2023)

Hermanas y hermanos:

Hoy mismo Cáritas Quilmes cumple 40 años. El decreto de creación del 29 de septiembre de 1983, fue firmado por el Siervo de Dios Padre Obispo Jorge Novak. De su corazón pleno de amor paternal nació la decisión de organizar las obras y los servicios de caridad para los más pobres y frágiles del populoso pueblo de la Diócesis de Quilmes, conformado por los habitantes de los partidos de Quilmes, Florencio Varela y Berazategui.

Seguramente el Padre Obispo Jorge nos está invitando en esta ocasión a dar gracias de Dios. Hacia Él se dirige nuestra acción de gracias por estos 40 años de nuestra Caritas.

Y el gracias grande a la Virgen de Luján, a quien Novak le prometió hacer la Casa de la Caridad, sede de Caritas de la Diócesis, pidiéndole la paz en medio de la guerra de las Malvinas. Gracias Virgencita de Luján.

En aquel septiembre de 1983, el corazón de Novak palpitaba con las esperanzas de los argentinos que, luego de la oscura noche de la dictadura militar, veía renacer la participación ciudadana ejerciendo el derecho de elegir las autoridades de un gobierno democrático. Se asomaba el sol de la libertad y de la justicia.

La opción preferencial por los pobres, el compromiso misionero, la defensa de los derechos humanos y la fraternidad cultivada con hermanas y hermanos de otras Iglesias cristianas en un ecumenismo efectivo, fueron los cuatro cauces de la acción pastoral del Padre Obispo Novak.

“¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!” (1 Cor. 9, 16) fueron las primeras palabras de Novak en el día de su ordenación como primer obispo de Quilmes. Nadie como él estaba convencido que al evangelio se lo predica con la vida. Porque Novak vivía el evangelio fundó Caritas. Damos gracias a nuestro querido Siervo de Dios Padre Obispo Jorge Noval.

Agradezco, en nombre de toda la Diócesis, a las hermanas y hermanos que formaron parte de la Comisión diocesana y de otras expresiones de Caritas de la Diócesis. Tantas y tantos voluntarios. Los de ayer, y a los de hoy. Todos somos Caritas en la Iglesia, pero los voluntarios y los que prestan su servicio en las diferentes áreas, en los Centros Comunitarios, en las Caritas Parroquiales, en los diferentes equipos, son los que merecen nuestro agradecimiento de corazón.

Quiero nombrar a los actuales integrantes de la Comisión Diocesana:
A ustedes, y en ustedes, les agradezco su tiempo y su vida entregada en el servicio a los pobres. Gracias por el trabajo diario. Y gracias por organizar este evento.

Estamos muy contentos de celebrar este aniversario, pero esto no mengua el dolor que nos causa el crecimiento de la pobreza, en nuestro país y en el mundo entero. La ciencia y la técnica han crecido en un modo exponencial pero ¡vaya contradicción! ha aumentado escandalosamente la pobreza y la miseria en el mundo. Por eso, la labor de Cáritas es desafiante.

Cuarenta años son significativos. Motivo para agradecer, sin duda, pero “hay que seguir andando nomás”. Hay como tres caminos que, parafraseando al Papa Francisco, me atrevo a proponer mirando adelante. Ellos son: el camino de los últimos, el camino del Evangelio y el camino de la creatividad.

El primero es el camino de los últimos. La caridad es la misericordia que va en busca de los más débiles, que avanza hasta las fronteras más difíciles para liberar a las personas de la esclavitud que las oprime y hacerlas protagonistas de su propia vida. Es hermoso ensanchar los senderos de la caridad, manteniendo siempre la mirada fija en los últimos de todos los tiempos. Ampliar la mirada, sí, pero partiendo de los ojos del pobre que tengo delante. Ahí es donde se aprende. Son los pobres los que ponen el dedo en la llaga de nuestras contradicciones e inquietan nuestra conciencia de forma saludable, invitándonos a cambiar. Y cuando nuestro corazón, nuestra conciencia, mirando al pobre, a los pobres, no se inquieta... detengámonos... tendríamos que detenernos: algo no funciona.

Un segundo camino irrenunciable: el camino del Evangelio. Me refiero al estilo que hay que tener, que es sólo uno, el del Evangelio. Es el estilo del amor humilde, concreto, pero no vistoso, que se propone, pero no se impone. Es el estilo del amor gratuito, que no busca recompensas. Es el estilo de la disponibilidad y del servicio, a imitación de Jesús que se hizo nuestro servidor. Seremos juzgados en el amor. El protocolo que Jesús expone en la parábola del Juicio final: “tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber; estuve de paso y ustedes me alojaron...” etc., es también de donde nace la parresía de la denuncia que nunca es una polémica contra alguien, sino una profecía para todos: es proclamar la dignidad humana cuando es pisoteada, es hacer que se escuche el grito sofocado de los pobres, es dar voz a los que no la tienen.

Y el tercer camino es el camino de la creatividad. La rica experiencia de estos cuarenta años no es un bagaje de cosas que hay que repetir; es la base sobre la que hay que construir para generar de manera constante lo que san Juan Pablo II llamaba la imaginación de la caridad (cf. Carta Apostólica Novo Millenio Ineunte, 50). No nos dejemos desanimar por el creciente número de nuevos pobres y nuevas pobrezas. ¡Hay tantas y aumentan! Sigamos cultivando sueños de fraternidad y seamos signos de esperanza. Contra la tentación del pesimismo, reaccionemos compartiendo la alegría de ser una gran familia. En este ambiente fraterno el Espíritu Santo, que es creador, creativo y poeta, sugerirá nuevas ideas, adecuadas a los tiempos que vivimos.

Esos son los tres caminos que el Papa Francisco propuso y que comparto con ustedes.

El himno que compuso el P. Germán Pravia para los 40 años de la diócesis dice

“Iglesia que trabaja por la unidad:
hay un Pastor y hay una sola humanidad.
Los pobres en el centro de la misión:
la dignidad no se negocia, es don de Dios.
¡Qué mucho se ha sembrado,
y cuánto se ha servido!
¡Memoria agradecida,
que impulsa a más amor!”

Gracias por tu presencia, querido hermano y amigo Padre Obispo Maxi, obispo referente de Caritas de la Región Buenos Aires. ¡Gracias!

Gracias autoridades presentes de la Provincia de Buenos Aire, de nuestra Municipalidad de Quilmes, de la Municipalidad de Florencio Varela, de la Municipalidad de Berazategui. Autoridades del Ministerio de Desarrollo de Nación.

Muy querido ciudadano ilustre de Quilmes: embajador Carlos Cúster ¡Gracias por tu cercanía de siempre y tu presencia!

Amigas y amigos de la Comisión Nacional y del Equipo Nacional de Caritas Argentina.

Amigos y amigos colaboradores y benefactores, ¡muchas gracias!

Voluntarios y voluntarias de Caritas de todos nuestros Centros y Caritas Parroquiales, ¡muchas gracias!

¡Muchas gracias!

Como sigue diciendo ese himno:

“Cuarenta años de amor,
Cuarenta años de alianza,
Iglesia pueblo de Dios,
en Quilmes, pasión y esperanza”

Quiero ahora pedirles su atención. Porque hay un amigo nuestro y amigo del mundo que nos quiere saludar: https://youtube.com/shorts/y9OmDVrv46c

Mons. Carlos José Tissera, obispo de Quilmes