Domingo 24 de noviembre de 2024

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Palabras de Mons. Ernesto Fernández en su ordenación episcopal

Palabras de monseñor Ernesto Fernádez, obispo auxiliar de Rosario, en su ordenación episcopal (4 de agosto de 2023)

‘Proclama mi alma la grandeza del Señor. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador…”

Me siento totalmente interpretado por esta exclamación de la Virgen.

Son tantos los sentimientos que en este momento llenan mi corazón que no voy a poder expresarlos sin cansarlos, ya que llevaría mucho tiempo contar todo lo que pienso y agradecer a todos los que son parte de mi historia.

Por eso sólo digo que soy consciente de que soy lo que soy por gracia de Dios, que ha obrado por medio de mi familia primero; y tantos otros después. Por eso les digo gracias a todos ustedes que me ayudaron a configurar mi vida con Cristo.

Tengo el regalo de tener aquí a mi mamá. Te agradezco mami por haber sido tan buena catequista; haberme enseñado a conocer a Dios. Y hoy por sostenerme con tu oración.

Gracias a mis hermanos por darme la certeza de que siempre voy a poder contar con ustedes.

Gracias a la familia grande porque puedo disfrutar de vínculos sanos y llenos de humor.

Agradezco a mis amigos porque sé que siempre puedo contar con ustedes para compartir, para reír, para llorar. Y también para corregirme cuando lo necesite.

Agradezco al papa Francisco por su confianza, Y esa confianza me compromete a trabajar por colaborar para que su sueño de una Iglesia misericordiosa, misionera y sinodal se vaya haciendo realidad cada vez más. Esta propuesta de nuestro querido Santo Padre le ha dado como una bocanada de aire fresco a mi ministerio sacerdotal.

He elegido como lema episcopal la frase de Jesús: “El que me ha visto, ha visto al Padre”.

Sé que es muy grande y puede sonar soberbio. Pero creo que en el mundo que vivimos es un desafío que las personas tengan vivencias afectivas sanas y profundas, que posibiliten la experiencia de Dios como Padre. Que no sólo sepan que Dios existe, sino que puedan como Santa Teresita, emocionarse al rezar el padrenuestro.

Me pongo a su disposición con mi saber y con mi ignorancia. Con mis fortalezas y debilidades. Pero sobre todo, les pertenece mi corazón.

Mi anhelo profundo es que puedan, como yo lo experimenté en mi vida, dejar que la Virgen sea su mamá y su educadora. Y que lleguen al Santuario, donde Ella quiere forjar el hombre nuevo y la nueva sociedad.

Cuenten conmigo para hacer juntos el camino.

Me encomiendo a sus oraciones.

Nunca nos olvidemos que Dios nos hizo familia.

Mons. Ernesto Fernádez, obispo auxiliar de Rosario