Miércoles 24 de abril de 2024

Documentos


Como Carlo Acutis, jóvenes fuertes llenos de vida divina

Homilía de monseñor Víctor Fernández, arzobispo de La Plata, durante la misa en el Encuentro con los jóvenes "Creo para entender 2022" (Parroquia Nuestra Señora de Pompeya, 5 de noviembre de 2022)

Hoy, chicos y chicas, el Señor quiere ofrecerles su fuerza, su fortaleza. Ustedes algunas veces pueden sentir dentro de ustedes una debilidad, como si no tuvieran fuerzas para hacer cosas grandes. Eso está claro cuando uno hace actividad física y no está entrenado. Lo meten en una maratón y no aguanta porque le faltan las fuerzas. Pero si quiere se puede entrenar y lo conseguirá, claro que sí. Y ejercitándose sentirá poco a poco que se va haciendo más fuerte. Entonces, no hace falta seguir siendo débil.

Pero el problema no es tanto la debilidad física sino la debilidad interior, cuando uno se siente flojo por dentro. Entonces aparece cualquier problema y uno siente que no tiene fuerzas para enfrentarlo. Y aquí es donde necesitamos al Señor.

Porque él es puro amor, pero también es puro poder. Es el Dios infinito que creó todo este universo inmenso, y con ese mismo poder nos da la vida y sostiene todo. Él puede hacerte fuerte, y él quiere jóvenes fuertes y seguros con su poder.

Por lo tanto no importa lo que te pase en la vida, las dificultades que tengas. Lo que importa es que te dejes llenar y fortalecer con la fuerza del Señor. Entonces, pase lo que pase podrás enfrentarlo todo y salir adelante. Y si caes te levantarás con el poder del Señor que te hace fuerte.

¿Vieron lo que cuenta la primera lectura? El martirio de los hermanos macabeos. Ellos dieron su vida sin miedo, uno detrás de otro antes que renunciar a su fe en el Señor, Y aun el más pequeñito también se entregó sin temor con la certeza de que lo esperaba una vida eterna.

 Y en toda la historia de la Iglesia hubo muchos mártires que dieron la vida con la fuerza de Cristo. A veces impresiona ver como murieron: a algunos los quemaron y murieron cantando. A algunas santas como Santa Lucía les cortaron los pezones. A otros los echaron a una fosa de leones y murieron alabando al Señor. ¿Pero cómo es posible que soportaran eso?

Humanamente es imposible, porque uno con tanto dolor se desmayaría. Pero nos parece imposible porque no contamos con lo que puede hacer la gracia de Dios. Claro que es posible, pero sólo con el poder de Dios que te fortalece y te sostiene tanto. Yo solo no, pero con él sí. Porque de verdad existe ese poder infinito que es invisible a los ojos del mundo, pero es real. De eso estaba convencido el beato Carlo Acutis, patrono de la juventud de nuestra Arquidiócesis, a quien hoy recordamos.

¿Escucharon en la segunda lectura lo que dice san Pablo?: “Tengan plena confianza porque él los fortalecerá”. Él sí que te puede fortalecer. Y dice el Evangelio que Dios es un Dios de vivos, no de muertos. Cristo está resucitado lleno de luz, de poder y de gloria y con él lo podés todo.

Jóvenes de Cristo, dejen que el poder y la luz de Cristo resucitado penetre en ustedes y estarán llenos de vida y de fortaleza. Todos los días dediquen un momentito a dejar que Cristo los haga fuertes y más fuertes. ¿Y cómo se hace eso? Imaginen a Cristo resucitado, lleno de belleza, de luz y de poder.

 Y pídanle: “Señor, llename con esa vida y esa fuerza de tu resurrección. Penetrá en mí con esa potencia tuya y haceme fuerte Señor”. Hacé esta oración todos los días y cada vez que te enfrentes a algo difícil y vas a ver que te vas a sentir cada vez más fuerte, más seguro, más firme. Nadie te dice que no tendrás dificultades, pero tu fe te asegura que esos problemas te encontrarán fuerte, seguro, orientado, y algo bueno saldrá de todo lo que te toque vivir.

Entonces, yo quiero a Cristo para ser fuerte.
Yo quiero a Cristo para caminar seguro.
Yo quiero a Cristo para tener vida y alegría.
Yo quiero a Cristo para llevar una vida más sana y feliz.
Yo quiero a Cristo para crecer, para madurar, para santificarme.
Yo quiero a Cristo para luchar con paz interior.
Amén.

Mons. Víctor Fernández, arzobispo de La Plata