Comodoro Rivadavia: Monseñor Wagner asumió el gobierno pastoral de la diócesis
- 6 de abril, 2024
- Comodoro Rivadavia (Chubut) (AICA)
El prelado inició su ministerio con una misa celebrada en la catedral San Juan Bosco y pidió, como comunidad diocesana, seguir siendo tierra de misión y de encuentro con Jesús.
Monseñor Jorge Wagner inició este sábado 6 de abril su ministerio episcopal y tomó posesión como obispo de Comodoro Rivadavia en la misa celebrada en la catedral San Juan Bosco (calle Belgrano 779). La Eucaristía fue presidida, al inicio de la celebración por el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Azpiroz Costa OP y como concelebrante principal el administrador apostólico de esa diócesis y obispo de Rawson, monseñor Roberto Álvarez. Luego, cuando monseñor Wagner asumió el gobierno pastoral de la diócesis, continuó él como celebrante principal.
Concelebraron también el obispo prelado de Esquel, monseñor José Slaby C.Ss.R; el obispo de Viedma, monseñor Esteban Laxague SDB; el obispo de Río Gallegos, monseñor Ignacio Medina, junto con su obispo auxiliar, monseñor Fabián González Balsa; y monseñor Joaquín Gimeno Lahoz, obispo emérito de Comodoro Rivadavia, junto con sacerdotes de Bahía Blanca y Rawson.
En su primera homilía ante la comunidad comodorense, monseñor Wagner destacó dos frases del Evangelio: ‘No podemos callar lo que hemos visto y oído” y “Vayan y anuncien la Buena Noticia”.
Esta expresión ‘Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído’, es porque interiormente está la fuerza de Dios, la presencia del amor de Dios, del resucitado. Ahí está la fuerza, la centralidad del Cristo vivo y sin ese encuentro con el Cristo vivo nada podemos sostener”.
“¿Qué puede hacer una diócesis si no vive ese encuentro con Jesús en todo lo que hace, en todo su camino pastoral? ¿Qué es un cristiano si continuamente no renovamos el encuentro con Jesús?”, se preguntó.
Destacó que la Pascua “tiene este dinamismo, así como el amor de Dios también. La presencia del amor de Dios, del resucitado, nos ponen en movimiento”.
Con respecto a la segunda frase, “Vayan y anuncien la Buena Noticia” destacó que “tiene que ver con el deseo del Señor, el mandato, es la misión y el sentido de la vida de la Iglesia, es la vocación de todos nosotros”.
“Los tiempos que vivimos y todos los tiempos son de misión. La vida de cada uno es tierra de misión; las vidas de nuestras comunidades, de nuestra sociedad, son tierra de misión”, agregó.
Por otra parte, aseguró que “como comunidad no tenemos que resignarnos frente a la realidad, saberla ver y desde la gracia de Dios, no con soberbia ni prepotencia, saber ir al encuentro”.
En tanto, señaló que la misión “no pasa por las habilidades humanas, la sabiduría del mundo, las estrategias que tiene el mundo para el éxito. Nosotros no buscamos el éxito, no es de Dios el éxito. Buscamos sí la fecundidad de los frutos de Dios, con la sabiduría de Dios, la misión”. “Pero también-dijo- esta misión está acompañada por signos y el signo más contundente de la predicación de este tiempo es la misericordia”, manifestó.
Finalmente, se refirió a la alegría y recordó que “Dios es la alegría, el Evangelio es la alegre Buena Noticia. Esta alegría que nace de la Pascua, del resucitado, la alegría que nos hace vivir como resucitados.+