Mons. Colombo: La Virgen es el sostén de la esperanza y el andar apostólico

  • 3 de octubre, 2022
  • Mendoza (AICA)
"En ella vibra el testimonio de la presencia de Dios, que desalienta toda mezquindad y fragilidad humana", destacó el arzobispo de Mendoza durante la Fiesta Diocesana en honor de la Virgen.

El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió el domingo 2 de octubre la Fiesta diocesana en honor de la Virgen en el Parque Agnesi, de la ciudad mendocina de San Martín, que llevó por lema “Con María del Rosario, Iglesia sinodal y en salida”.

Los jóvenes iniciaron antes las celebraciones con actividades en el club Tacurú Rugby Club y luego se unieron a la Eucaristía en el anfiteatro Juan Pablo II, donde se proyectó un videomensaje que el papa Francisco envió por las fiestas patronales.

“Una vez más nos encontramos en el marco de la Fiesta diocesana para honrar a nuestra Madre, la Virgen del Rosario. A partir de la feliz iniciativa de distintas instancias y organismos de nuestra arquidiócesis, como una expresión de la Iglesia en salida que queremos ser, hemos venido a este hermoso Parque para compartir en el Decanato Este, la alegría de nuestra fe”, destacó monseñor Colombo en la homilía. 

“Como María, apenas conocida la noticia de la Encarnación de su Hijo, se puso en camino al encuentro de su prima Isabel, somos la Iglesia que testimonia con su camino misionero un gozo que embarga vidas y corazones, y que de ninguna manera quiere guardarse para sí”, agregó.

El arzobispo mendocino explicó que “precisamente la palabra ‘alegría’ sintetiza las lecturas que hemos escuchado y, sobre todo, el Evangelio apenas proclamado. Alégrate ‘hija de Sión’, alégrate María, alégrate Iglesia de Cristo, alégrate Iglesia en Mendoza”.

“El Señor está entre nosotros. Él quiere hacernos un espacio de esperanza, de unidad y de paz para los hombres. El Señor nos hace pueblo, convocándonos con su Palabra, alimentándonos y confortándonos con sus sacramentos, estrechándonos en los vínculos de comunión fraterna y de corresponsabilidad eclesial”, sostuvo.

“La presencia de María junto a los apóstoles, en los tiempos de la Iglesia naciente, haciéndose una con ellos en la intimidad de la oración y la reflexión, serena nuestro ánimo y nos invita a esperar el triunfo de Dios. Ella siempre estará sosteniendo nuestra esperanza y andar apostólico. Ella siempre nos reflejará el gozo de tener a Dios adentro nuestro, el entusiasmo, más allá de las vicisitudes y las pruebas, más allá de los desalientos provisionales y las derrotas pasajeras. En Ella, la llena de gracia, vibra el testimonio de la presencia de Dios, que desalienta toda mezquindad y fragilidad humana. En Ella se conjugan el sueño de Dios y los sueños de los hombres, cuando éstos se alejan del egoísmo y expresan nuestra identidad de hijos del Señor y hermanos entre nosotros”, subrayó.

Monseñor Colombo detalló que en esta fiesta se quisieron tomar como marco de referencia y reflexión, los sueños del papa Francisco presentados en su exhortación apostólica Querida Amazonía, de 2020. 

“Son cuatro miradas del Santo Padre, a partir de esa importante instancia de discernimiento eclesial que fue el Sínodo sobre Amazonia, donde se conjugó la reflexión de los participantes con las voces de todos los fieles, especialmente de las comunidades, muchas de ellas indígenas que allí viven”, indicó, y los enumeró: el sueño social, el sueño cultural, el sueño ecológico y el eclesial.

Tras desgranar uno a uno esos sueños papales, animó al anuncio del “infinito amor de Dios por cada uno y, de modo preferencial, por los más pobres y débiles, de modo tal que, se encuentren nuevas formas de inculturación de la liturgia donde lo más importante no sea el distractor de los signos y símbolos propios de cada cultura, sino la tarea siempre renovada de encontrar, aún en esos símbolos y formas, modos de anunciar el amor de Dios”.+

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