Agentes de la Pastoral de la Salud comparten experiencias desde la sinodalidad

  • 27 de julio, 2022
  • Alta Gracia (Córdoba) (AICA)
Fue en el marco del encuentro nacional que se desarrolló en Alta Gracia, Córdoba, y reunió a casi 60 delegados de todo el país. Presidió Mons. Luis Urbanc, a cargo del organismo episcopal específico.

Alrededor de 60 agentes, en su mayoría capellanes hospitalarios y delegados diocesanos, participaron del Encuentro Nacional de la Pastoral de la Salud que se desarrolló del 22 al 24 de julio en la Mariápolis de la localidad cordobesa de Alta Gracia.

El encuentro fue presidido por monseñor Luis Urbanc, obispo de Catamarca y presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Salud, junto con los obispos Luis Armando Collazuol (Concordia) y Hugo Norberto Santiago (San Nicolás de los Arroyos), ambos miembros del organismo episcopal.

Algunas de las temáticas abordadas fueron: “La sinodalidad en la Iglesia y en la Pastoral de la  Salud”, “Los enfermos  y ancianos misioneros, protagonistas de la Pastoral de la Salud”, “La sinodalidad en los hospitales”, “La organización sinodal de la Pastoral de la Salud”, “El beato Artémides Zatti como modelo para los enfermeros y agentes de Pastoral de la Salud”, “Algunas nociones sobre la bioética al final de la vida”, “Los cuidados paliativos”, “El acompañamiento de las personas en el  final de la Vida como capellanes y como voluntarios”.

También hubo espacio para compartir experiencias sobre cómo afectó la pandemia y sobre las actividades que la Pastoral de la Salud desarrolla en las diócesis del país.

“Pudimos constatar que hay en nuestro país numerosos capellanes y agentes de Pastoral de la Salud que visitan a los enfermos en los hospitales, hogares o residencias, y en sus propios domicilios. Llevan los sacramentos, la Palabra, pero sobre todo una presencia amigable que se vuelve como un sacramento de Jesús, el Buen Samaritano”, graficó el presbítero Tomás Barbero, secretario de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Salud.

El sacerdote, vicario parroquial de San Francisco de Asís (Andalgalá - Catamarca), también destacó el acompañamiento a las familias y el trabajo con médicos, enfermeras y otros actores involucrados en la humanización del mundo sanitario.

“Somos conscientes que queda mucho por hacer. La realidad cambiante nos exige adaptarnos, formarnos, ser creativos, asomarnos a nuevas problemáticas e intentar dar respuestas”, reconoció, y aseguró: “Alimentados con la fuerza de la Eucaristía, afianzados en nuestra fraternidad, nos despedimos con la sensación de haber tenido un encuentro muy provechoso y enriquecedor, y dispuestos a retomar nuestras tareas con un renovado entusiasmo”.

El padre Barbero también destacó parte de las reflexiones de monseñor Urbanc, quien decía en su ponencia: “En los hospitales y en las clínicas, la capilla es el corazón palpitante en el que Jesús se ofrece intensamente al Padre celestial por la vida de la humanidad. La Eucaristía, distribuida con dignidad y con espíritu de oración a los enfermos, es savia vital que los consuela e infunde en su espíritu luz interior para vivir con fe y con esperanza la coyuntura de enfermedad y de sufrimiento”.

El prelado catamarqueño sostuvo que “caminar juntos es el camino constitutivo de la Iglesia; la figura que nos permite interpretar la realidad con los ojos y el corazón de Dios; la condición para seguir al Señor Jesús y ser siervos de la vida en este tiempo herido” y expresó confiado: “Respiración y paso sinodal revelan lo que somos y el dinamismo de comunión que anima nuestras decisiones”.

“Solo en este horizonte podemos renovar realmente nuestra pastoral y adecuarla a la misión de la Iglesia en el mundo de hoy; solo así podemos afrontar la complejidad de este tiempo, agradecidos por el recorrido realizado y decididos a continuarlo con parresia”, agregó.

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