Último adiós de la comunidad rosarina a monseñor Mirás

  • 26 de febrero, 2022
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
La misa exequial por el arzobispo emérito fue presidida por monseñor Eduardo Martín en la catedral de Rosario. Emotivo recuerdo de monseñor Oscar Ojea, presidente del episcopado, para despedirlo.

El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, la misa exequial por el eterno descanso de monseñor Eduardo Vicente Mirás, arzobispo emérito de esta jurisdicción eclesiástica fallecido el jueves a los 92 años por complicaciones derivadas del covid.

La Eucaristía en la catedral Nuestra Señora del Rosario fue concelebrada por el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor Sergio Alfredo Fenoy; el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea; el obispo de Concordia, monseñor Luis Armando Collazuol; el arzobispo emérito de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Rogelio Delgado; el obispo emérito de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, y sacerdotes del clero rosarino.

Monseñor Ojea recordó al arzobispo fallecido como un “hombre de Dios, en primer lugar; en segundo lugar un hombre de pensamiento, una luz de mente, nosotros en el episcopado le consultábamos todo, los documentos, hasta la misma redacción de muchos documentos, así que le debemos tanto”.

El presidente de la CEA dijo que tuvo el honor de conocerlo siendo un niño de apenas 8 años. "Él se dedicó a ayudarme a aprender misa, con un espíritu, una alegría, riéndose cuando me equivocaba. Tengo un recuerdo imborrable", señaló emocionado.

"Era un indiscutido, una presencia querida por todos, así que le pedimos a él, ahora que está más cerca de Jesús, que nos dé una mano grande. Vos que quisiste tanto al país, a la Iglesia Argentina, porque necesitamos hombres como vos", agregó.

En la homilía, monseñor Martín invitó a despedir a "este querido hermano nuestro que vivió de la fe; no sólo que tuvo fe, sino que vivió de la fe" e hizo memoria de su forma de ser: "Su exquisita humanidad, hecha de prudencia, afabilidad, capacidad de escucha y de silencio, de una gran sabiduría; virtudes éstas, y tantas otras que adornaban su vida, nacían de su vida de cristiano, de la presencia de Jesús en su vida, de ese Jesús que cambia la vida transfigurándola y haciendo el verdadero hombre nuevo, peregrino del cielo y comprometido con la realidad cotidiana".

"Es reconocida por todos su fortaleza evangélica en los difíciles momentos de diciembre de 2001, cuando actuó para evitar enfrentamientos entre la policía y los pobres, haciendo de activo mediador.  Era un hombre convencido del diálogo como método de superar las diferencias y así se comprometió con el diálogo argentino en aquellos años. Ayer de entre los varios mensajes de dirigentes sociales, uno de ellos expresaba: 'un minuto de aplauso por la vida de monseñor Mirás, quien en los momentos difíciles supo estar del lado de los pobres'”, reveló.

Tras señalar las responsabilidades que asumió al frente del episcopado en sus últimos años como arzobispo de Rosario, hizo hincapié en su misión sacerdotal y en su vida para la Eucaristía.

"Toda la vida de monseñor Mirás fue un servicio humilde y entregado a la Iglesia, Pueblo Santo de Dios. Fue un pastor bueno y fiel, dedicado al servicio de los fieles y de un modo especial a la atención de los sacerdotes, que siempre lo recuerdan con gran afecto. En síntesis, un hombre de gran caridad pastoral y un pastor al que le cabe el haber puesto en práctica las palabras del Apóstol Pedro: 'has pastoreado el rebaño de Dios a tu cargo, gobernándolo de buena gana, como Dios quiere, no por sórdida ganancia, sino con generosidad, no como dominador de la heredad de Dios, sino siendo modelo del rebaño'. Por eso hoy, pedimos al supremo Pastor que te conceda la corona de gloria, y escuches de sus labios: 'Está bien, servidor bueno y fiel…entra a participar del gozo de tu Señor'”.

Monseñor Martín finalizó su homilía encomendando el alma de monseñor Mirás a la Santísima Virgen, Nuestra Señora del Rosario, "ella que lo cobijó en estos casi últimos treinta años de su vida, y de quien fue también hijo fiel, le reciba junto con los Ángeles y los santos".+

» Texto completo de la homilía