Mons. Croxatto al nuevo presbítero: "Hay que estar al lado de la gente"

  • 14 de diciembre, 2020
  • Neuquén (AICA)
El obispo de Neuquén ordenó sacerdote al diácono Oscar Carús en la catedral local, donde lo animó a salir al encuentro de sus alegrías y tristezas, y destacó su fe mariana y talento para el canto.

El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Martín Croxatto, ordenó sacerdote al diácono Oscar Bernardo Carús, en el marco de una celebración eucarística por la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, en la catedral María Auxiliadora.

En su homilía, el prelado destacó la fe mariana y el talento para el canto del nuevo presbítero, y le preguntó: “¿Acaso podemos ser sacerdotes sin estar al lado de la gente, sin salir a su encuentro en sus alegrías y tristezas que hoy son tantas?” 

“Cuidado con la tentación de las redes y la virtualidad, está bien ser animadores y organizadores virtuales, pero lo nuestro y lo que la gente necesita y espera, es que miremos su rostro, sintamos su corazón, le hablemos a su corazón, las abracemos y las bendigamos, pero no virtualmente”, advirtió.

El prelado neuquino destacó también la historia del nuevo sacerdote vinculada en su juventud al Movimiento de la Palabra de Dios.

"En esto también que tu corazón sea mariano, como lo muestra su canto, Ella habla y piensa con la Palabra de Dios; la Palabra de Dios se le hace su palabra, y su palabra nace de la Palabra de Dios. Además, así se revela que sus pensamientos están en sintonía con los pensamientos de Dios, que su querer es un querer”, sostuvo.

Monseñor Croxatto le pidió al ordenado Carús que no se olvide “de tener a mano siempre el rosario, en el que ‘el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor y donde recibiremos, mediante el rosario, abundantes gracias de las mismas manos de la madre del Redentor”.

“Sé digno de ser sacerdote, no te olvides nunca quien está detrás de la historia; Dios se va a asomar a través de muchas personas y circunstancias y cada tiempo ‘maravilloso o difícil, como decía Pablo VI, nos invitan a ser santos’. Que María, mujer creyente y valiente, sea siempre ‘rostro y corazón’, que te cuide en esta fidelidad”, concluyó.+

» Texto completo de la homilía