Mons. Martín: 'La Virgen María es el alma de Rosario'

  • 8 de octubre, 2025
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
En el 300° aniversario de la fundación de la ciudad, el arzobispo destacó que la fe transmitida por las generaciones anteriores es una antorcha que los rosarinos están llamados a mantener viva.

En una emotiva celebración por los 300 años de la fundación de Rosario, el arzobispo local, monseñor Eduardo Martín, presidió la misa en honor a la Virgen del Rosario, patrona y fundadora de la ciudad, en la Plaza de la Coronación. En su homilía, recordó que "Jesucristo, muerto y resucitado, el fruto bendito de María, es nuestro Redentor, y no hay otro nombre dado a los hombres para ser salvados que el de Nuestro Señor Jesucristo".

El arzobispo rosarino agradeció a la Virgen por su obediencia a la Palabra de Dios: "Gracias, Madre, por haber dicho que sí al anuncio del ángel. Gracias por tu coraje de llevar adelante algo único en la historia de la humanidad, porque por ti hemos recibido al Autor de la Vida, Jesucristo Nuestro Señor".

Subrayó además el vínculo profundo entre la ciudad y su patrona: "Qué hermoso saber que tenemos Madre; eso significa amor, ternura, protección y consuelo en la aflicción".


Monseñor Martín recordó que la devoción a la Virgen del Rosario dio origen a la ciudad, cuando en 1725 las primeras familias españolas y aborígenes calchaquíes del Pago de los Arroyos erigieron una capilla dedicada a María bajo esta advocación.

"Alrededor de esa capilla se fue formando la población, constituyéndose la Virgen en su centro espiritual. Ella es el alma de esta ciudad", afirmó.

Evocación de Manuel Belgrano
El arzobispo evocó también el gesto histórico del general Manuel Belgrano, quien izó por primera vez la bandera nacional en las barrancas rosarinas bajo el amparo de la Santísima Virgen del Rosario: "Su manto celeste y blanco, desde Rosario, cubre a todos los argentinos", expresó.

Al referirse a la identidad mariana de la ciudad, destacó cómo la fe de los inmigrantes y sus devociones a la Virgen -bajo distintas advocaciones- fue modelando el espíritu de Rosario: "Todas esas comunidades parroquiales marianas y las que siguieron después dan una identidad profundamente mariana a nuestra ciudad".

En la parte final de su homilía, el arzobispo invitó a los fieles a renovar su compromiso de fe y esperanza: "Queridos hermanos, a nosotros se nos entrega la antorcha de la fe que quienes nos precedieron nos legaron. Esa fe viva y encarnada nos da sentido y nos impulsa a construir, aquí y ahora, el bien común y la paz".

Con un fuerte llamado a la responsabilidad social, pidió trabajar por "una ciudad cada vez más humana y más fraterna, donde nadie carezca de pan, trabajo, casa, salud o educación".

Finalmente, monseñor Martín exhortó a todos los rosarinos a caminar junto con María, "peregrina de esperanza", en la construcción de una sociedad más justa: "Viviendo nuestro compromiso ciudadano, y de la mano de María del Rosario, vayamos preparando, a través de la ciudad terrena, la Ciudad de eternidad, término de nuestra esperanza".+

Texto completo de la homilía