Mons. Cargnello: 'El Señor nos invita a abrir el corazón y salir de nosotros mismos'

  • 15 de septiembre, 2025
  • Salta (AICA)
El arzobispo de Salta presidió la misa estacional del Señor del Milagro. Ante miles de peregrinos, destacó que "cada año crece la necesidad de incorporar a más personas al pacto con el Señor".

Miles de fieles participaron hoy, 15 de septiembre, de la misa estacional tradicional del Señor del Milagro, celebrada en el atrio de la catedral basílica de Salta y presidida por el arzobispo local, monseñor Mario Cargnello.

La celebración contó con la presencia del gobernador provincial Gustavo Sáenz, su esposa Elena Cornejo, el intendente de la capital Emiliano Durand y autoridades provinciales, así como de una multitud de peregrinos llegados desde distintos puntos del país.

Concelebraron la Eucaristía el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez; el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín; el obispo de Jujuy, monseñor Daniel Fernández; el obispo prelado de Cafayate, monseñor Darío Quintana OAR; y sacerdotes del clero salteño.

El pacto de fidelidad, "un llamado actual"
En su homilía, monseñor Cargnello recordó la historia de la imagen del Señor del Milagro y el pacto de fidelidad establecido en 1845 por el pueblo salteño, que se renueva cada 15 de septiembre.

"Este pacto no debe ser un gesto de mera tradición, sino descubrir en él la fuerza de la alianza que Dios hace con su pueblo. Cada año traemos nuestra historia personal, familiar, provincial, y le decimos al Señor: 'Hoy, ¿qué?'", subrayó.

El prelado insistió en que la fe abre a la responsabilidad social y al compromiso comunitario: "Ser de Dios te exige ser de los demás. No podés creértelas solo. No podés ponerte delante de Dios en un 'mío' o en un 'tú' que no te lleve a un 'nosotros'".

Fe, solidaridad y compromiso social
En la homilía, monseñor Cargnello señaló que cada año crece la necesidad de incorporar a más personas al pacto con el Señor, porque la fe no encierra, sino que abre a reconocer al otro.

"El Señor, en la medida en que entra en nuestra vida, no nos deja quietos: nos invita a salir de nosotros mismos, a darnos a los demás", expresó.

Asimismo, destacó el sentido de la cruz: "Creemos en un Cristo crucificado, no en un Cristo torturado. Él aceptó la muerte para hacernos libres y hermanos. Por eso, al celebrar el Milagro, abrimos el corazón para sentirnos más unidos".

El arzobispo salteño agradeció de modo especial a los peregrinos que llegan cada año: "Gracias a los peregrinos porque sacuden nuestra inercia y nos recuerdan que el Milagro no es una posesión de los salteños, sino un don de Dios para Salta que debe compartirse con los demás".

Monseñor Cargnello llamó a renovar el compromiso comunitario: "Hoy el Señor vuelve a mirarnos y a desinstalarnos. Hoy nos dice: soy de ustedes, ustedes son míos. Que Salta se ponga al servicio de todos. Que Él nos dé la fuerza para hacerlo y nos saque de cualquier tentación de instalarnos".

La misa concluyó con cantos y alabanzas de los fieles, en un clima de profunda devoción y gratitud al Señor y la Virgen del Milagro.+