Año Santo: Presencia argentina en el Jubileo de las Fuerzas Armadas

  • 10 de febrero, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
El obispo castrense, junto con una treintena de personas de las distintas fuerzas y algunas familias, peregrinaron a Roma por el jubileo de las Fuerzas Armadas que presidió el Papa.

El obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, compartió "la alegría y la gracia" de haber peregrinado a Roma, para participar del Jubileo de las Fuerzas Armadas, policiales y de seguridad que se celebró este fin de semana en el Vaticano y concluyó este domingo con la misa presidida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, colmada de militares y capellanes castrenses de todo el mundo.

"Hemos tenido la gracia de venir peregrinando con 33 personas de distintas fuerzas, tanto Armadas como Federales de Seguridad y algunas de sus familias. Venimos con mucho esfuerzo, pero con mucha alegría", expresó monseñor Olivera en un videomensaje.

El prelado recordó que el obispado castrense realizó la apertura del año jubilar en la catedral Stella Maris el pasado 29 de diciembre, presidida por el señor nuncio apostólico en la Argentina. 

"Fue un motivo de mucho gozo -expresó monseñor Olivera- y con la presencia de numerosos fieles militares confiados a nuestro servicio pastoral y la presencia del Ministro de la Defensa de nuestro país y otras autoridades de gobierno y militares. Nos venimos preparando con entusiasmo, con reflexión, con la atención pastoral de cada uno de los capellanes en sus fuerzas".


Tras recordar que el obispado castrense tiene a su servicio a las seis las fuerzas de nuestro país: las tres Fuerzas Armadas, Fuerza Aérea, Ejército y la Armada Argentina y las tres Fuerzas Federales de Seguridad como la Policía de Seguridad Aeroportuaria, la Gendarmería Nacional y la Prefectura Nacional, el obispo destacó que vienen preparando este jubileo "con sincero entusiasmo, con verdadero deseo de conversión".

"Con esperanza vemos para el futuro lo que nuestras fuerzas van ahondando en su servicio a la paz, del trabajo por la paz. Vemos con esperanza, a veces sin duda con dolor y ciertas circunstancias adversas al mundo militar en nuestra patria, pero en tiempos nuevos de valoración de las fuerzas como constructores de la paz, defensores de la paz, para preservar la paz. En eso esperamos, en eso confiamos y descubrimos como signos de esperanza en nuestro tiempo". 

La delegación argentina
Antes de partir hacia Roma, los integrantes de la delegación argentina se congregaron en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, donde monseñor Olivera presidió una misa en la capilla Nuestra Señora de Loreto, sede de la Capellanía Mayor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Concelebraron capellanes de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad, y participaron seminaristas, religiosos, peregrinos castrenses y familiares.

"Estamos poniéndonos en camino, y quise elegir la advocación de la Inmaculada Concepción del Buen Viaje, patrona de la Policía de la PSA y de la diócesis de Morón, donde se encuentra su santuario; advocación mariana que está vinculada al ruego de tantos que se encomendaban al emprender un viaje desde los tiempos del Virreinato", expresó el obispo al inicio de su homilía.

Además, destacó que la Virgen del Buen Viaje "nos acompaña en el viaje de la vida", y también en este viaje "que nos demandará un esfuerzo físico". "Sin duda, nuestras partidas siempre hablan de viaje, pidamos a la Virgen del Buen Viaje por él", añadió.

El prelado aseguró que "María nos acompaña siempre, nos sostiene; no hay soledad para el cristiano, porque Ella es la Madre de Jesús, quien nos dijo: 'Yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos'".


Sobre la advocación de Nuestra Señora de Loreto, patrona de la capilla, expresó: "Ella me hace pensar en San Juan Pablo II, quien nos compartía en comienzos del año 2000, en el comienzo del milenio, también de un año santo, un año jubilar, nos invitaba a pensar la vida del otro como un don para mí".

Por eso, invitó a, en este viaje, "honrar a San Juan Pablo II, y plasmarlo con el sentimiento que cada uno nosotros somos un don para el otro, no una carga, somos un don de unos a otros".

"Todo esto profundizado desde la fe: somos un cuerpo y somos una familia, no nos hemos elegido nosotros, hemos sido dados unos a otros cuando hemos respondido a esta propuesta de cada uno de viajar. No sabíamos quienes viajaríamos, pero hemos sido elegidos por Dios; en esta actitud del corazón debemos emprender el camino de esta peregrinación a un año Santo", concluyó.+