La Iglesia en San Martín cuenta con otro sacerdote

  • 26 de noviembre, 2024
  • San Martín (Buenos Aires) (AICA)
Lucas Antognazza recibió el presbiterado durante la celebración presidida en el santuario de Lourdes por el obispo local, Mons. Martín Fassi.

El diácono Lucas Antognazza fue ordenado sacerdote para la diócesis de San Martín por el obispo local, monseñor Martín Fassi, en la celebración que presidió el sábado 23 de noviembre en el santuario de Lourdes (Av. La Plata 3757, Santos Lugares) y que fue concelebrada por un grupo de sacerdotes diocesanos. 

En la homilía, el prelado recordó: "Sin duda, el sentimiento común que nos une hoy es el de la alegría por un nuevo pastor para la diócesis. Es la gratitud de todo el pueblo de Dios la que experimentamos, porque Dios no se olvida de su pueblo".

Monseñor Fassi manifestó a Antognazza que el amor vivo de Jesús es el que "te va a dar la sabiduría para saber cuándo parar y cuándo seguir, cuándo descansar y cuándo cansarte bien para ser útilmente devorable; cuándo quedarte en la orilla, pero sin excusas para defenderte del riesgo y quedarte instalado, y cuándo navegar mar adentro, pero en su nombre, para no pescar en vano y quedarte solo. Por favor, cuidá siempre este amor". 

"El amor no se cuida solo. No dejes que se duerma con el tiempo, no pierdas juventud, no acalles la voz del Espíritu cuando procure despertar el amor dormido. Como gusta decir un sacerdote amigo, pensá que el primer sacramento que vas a administrar es tu propia persona; y tu vida, el Evangelio que quizás alguien pueda leer por primera vez", manifestó. 

Además, le recordó que, "en el santo pueblo fiel de Dios - como gusta decir a Papa Francisco-, vas a poder encontrar ayuda para despertar el amor, si te empezás a quedar dormido. Especialmente los pobres, débiles y sufrientes, -los rotos-, son los que te salvan de ese peligro".


"También Dios -dijo- te da hermanos, tus hermanos curas. Cuando digas, en nombre de Jesús y como Jesús, 'esto es mi cuerpo' también lo vas a estar diciendo del cuerpo presbiteral. Ser un solo cuerpo con ellos, no por simpatía o por coincidir ideológicamente, sino más allá, por la fe. No podrás ser cura sin otros curas. El llamado es individual, el seguimiento es comunitario. La fraternidad sacerdotal es una cuestión de fe". 

Y finalizó: "Entonces gracias, Lucas, por decir sí, por arriesgar, por no negarte, por apostar a la entrega generosa, con la confianza en que Dios nunca se deja ganar en generosidad".

Por su parte, el nuevo sacerdote destacó: "Quiero agradecerle de corazón a mi familia, a mi diócesis de San Martín y a los pobres de nuestro pueblo por haberme regalado el don de la vida, la fe y la vocación".

Y añadió: "Para dar gracias, me gustaría detenerme en algunos detalles de la celebración que tienen que ver con mi historia de vida y mi vocación: para prepararme, para este gran día, fui al monasterio benedictino de Los Toldos, e hice el retiro con Mamerto Menapace, un cura sabio y bien argentino; pude caminar por los pasillos del monasterio y por el campo, y sinceramente me dio mucha paz sentirme parte de la Iglesia Argentina, que siento como mi familia grande. Me siento hijo, nieto y bisnieto de tantos hombres y mujeres que dieron la vida por Jesús y por nuestro país". 

Finalmente, manifestó: "Como dice Francisco, es una alegría inmensa sentir el gusto espiritual de ser pueblo. En este mismo santuario, el obispo Miguel Ángel D'Annibale me envió como seminarista a las villas de José León Suárez, y luego partió a la casa de Dios. A él también, gracias por volver a encender mi corazón con el deseo de ser cura y ser pueblo".+