Río Cuarto: Mons. Uriona ordenó un diácono camino al sacerdocio

  • 26 de noviembre, 2024
  • Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
El obispo animó al seminarista Diego Montironi a colaborar con él y el prebisterio en el anuncio de la Palabra y el servicio a los pobres, con la ayuda del Espíritu Santo.

El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, presidió la Eucaristía en la parroquia Santa Rosa de Lima, de Las Vertientes, en la que ordenó diácono al seminarista Diego Montironi.

En la homilía, el obispo destacó que el diaconado es el primer grado del sacramento del Orden Sagrado, cuyo origen se remonta a los inicios de la Iglesia, cuando los apóstoles lo instituyeron para el servicio a los más necesitados, particularmente huérfanos y viudas, según relata el libro de los Hechos de los Apóstoles.

"Diego será consagrado por la imposición de mis manos, recibiendo así el don del Espíritu Santo, que lo fortalecerá en su misión de ayudar al obispo y a su presbiterio, mediante el anuncio de la Palabra y sirviendo a los pobres", subrayó.

Reflexionando sobre las lecturas elegidas para la celebración, el diocesano enfatizó sobre la gratuidad del llamado divino: "No fuimos nosotros los que lo elegimos, sino que Él, por puro amor, tomó la iniciativa de elegirnos". Destacó también que, a pesar de la pobreza e indignidad humana, "la elección divina es irrevocable".


Profundizando en el significado del servicio diaconal, monseñor Uriona explicó que Jesús llama 'amigos' a sus discípulos, "porque les ha revelado el secreto íntimo del corazón del Padre, un Dios rico en misericordia, que no hace acepción de personas sino que abre los infinitos tesoros de su corazón a todos, todos, todos, como le gusta repetir al Papa Francisco".

El prelado señaló también dos aspectos fundamentales del ministerio diaconal, basándose en el Libro del profeta Isaías: "Abrir los ojos a los ciegos" a través de la enseñanza de la Palabra y la escucha atenta, y "sacar de la cárcel a los prisioneros", refiriéndose especialmente al acompañamiento de jóvenes que sufren adicciones.

Mons. Uriona concluyó su homilía encomendando el nuevo ministerio del recién ordenado a la protección de María Inmaculada, deseándole un fecundo servicio a la Iglesia.+