De la enseñanza al altar: el camino de Pedro y Santiago hacia el sacerdocio

  • 22 de noviembre, 2024
  • Roma (Italia) (AICA)
Los argentinos Pedro Perkins, Santiago Populin y Ezequiel Mercau recibirán el próximo sábado 23 de noviembre el diaconado en la basílica de San Eugenio, en Roma.

Los argentinos Pedro PerkinsSantiago Populin Ezequiel Mercau(quien reside desde el comienzo de sus estudios universitarios en Irlanda) recibirán, el próximo sábado 23 de noviembre, el diaconado en la basílica de San Eugenio, en Roma, junto a otros 17 fieles del Opus Dei de 11 países.

Este es un paso importante en su camino hacia el sacerdocio, al que esperan con ilusión llegar el próximo año. A continuación, compartimos los testimonios de vida de Pedro y Santiago, en los que ambos comparten cómo sus raíces los acercaron a esa vocación de amor y servicio.

El obispo que ordenará a los nuevos diáconos será monseñor Hugo Barbaro, obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña.

Historias que convergen en la vocación
Para Santiago Populin, mendocino de 34 años, su vocación nació "en lo pequeño de lo cotidiano, en casa", viendo a sus padres rezar y ayudar a los demás. Ese primer contacto con el amor de Dios fue clave para profundizar en la vocación a la que Dios lo invitaría más adelante. En su adolescencia, la participación en una convivencia solidaria en el norte de la Argentina marcó un antes y un después: "Vi a muchas personas entregarse en silencio y con alegría para ayudar a otros: en ese momento, entendí que Dios me llamaba al celibato apostólico, una decisión que concreté al cumplir la mayoría de edad, en el Opus Dei, como agregado".


Santiago es enólogo y su vida profesional estuvo llena de aromas y colores, entre bodegas y viñedos. También trabajó como profesor y tutor en el colegio Los Olivos, en Mendoza. Tras años dedicados a la educación, sintió el impulso de estudiar Teología y abrirse a la posibilidad del sacerdocio: "Dios fue mostrándome el camino de a poco", comparte.

Por otro lado, Pedro Perkins, de Buenos Aires, también encontró su vocación en la vida familiar y en el contacto con una fe vivida con alegría y naturalidad. "Nunca pensé en ser sacerdote: imaginaba formar una familia como en la que crecí", admite. Sin embargo, las experiencias en misiones juveniles y su amistad con Jesús lo llevaron a considerar una entrega total a Dios en el Opus Dei, como numerario.

Pedro estudió Ingeniería Industrial y trabajó en los colegios Los Molinos (en Vicente López, provincia de Buenos Aires) y Cruz del Sur (en el barrio de Barracas de la Ciudad de Buenos Aires). A lo largo de su vida profesional, fue madurando el llamado al sacerdocio y, en 2021 decidió comenzar sus estudios en Roma.

"Imagino mi futuro como siempre: cerca de la gente, de sus desafíos, escuchando, acompañando y rezando por cada uno", señala con esperanza.

Raíces que los inspiran
Ambos reconocen que sus raíces argentinas han moldeado su manera de entender el servicio y la misión sacerdotal. Santiago menciona que la cultura vitivinícola de Mendoza le enseñó a valorar el esfuerzo, la paciencia y el cuidado, virtudes que ahora busca trasladar a su vida espiritual: "La vid necesita tiempo, dedicación y paciencia para dar su mejor fruto. Esa misma paciencia, esa dedicación que se pone en el trabajo del viñedo para conseguir un buen vino, la traslado ahora a mi vida de fe".


Pedro, por su parte, valora profundamente el rol de su familia en su vocación. "La fe en casa creció de una manera muy natural, libre y alegre. Eso me ayudó a ver a la Iglesia como una gran familia, todos juntos en una misma mesa, cada uno con su esencia, apoyándonos y acompañándonos mutuamente", comenta, y agrega que, para él, el sacerdocio, de alguna forma, "es como ser un padre espiritual, que ayuda y acompaña a las personas en su camino hacia Dios".

El tiempo de preparación: hobbies y estudios
Los dos futuros sacerdotes se encuentran realizando su doctorado en Teología en la Universidad de la Santa Croce, con enfoques significativos.


Santiago está dedicando su investigación al noviazgo cristiano, explorando cómo este camino puede vivirse de manera auténtica y enraizada en la fe. Por su parte, Pedro se sumerge en el estudio de la experiencia de "oscuridad interior" de la madre Teresa de Calcuta, analizando cómo sus dificultades espirituales iluminaron su misión de amor y servicio. Temas ambos que reflejan la riqueza y profundidad de la Teología aplicada a la vida cristiana.

Durante estos años de preparación en Roma, han encontrado en sus hobbies una manera de reflexionar y acercarse más a Dios. "Me encanta estar al aire libre: ir a la montaña, andar a caballo, salir a correr y nadar. Disfruto de la jardinería, las catas de vinos con amigos, la lectura, escribir y la fotografía", cuenta Santiago. Mientras que Pedro disfruta practicando deporte y leyendo novelas: "Ahora juego más al tenis y al pádel, pero lo que más disfruto es el fútbol; hasta venir a Roma, siempre jugué torneos de fútbol 11 con amigos. También me gusta leer: todas las noches leo un poco; ahora estoy con la historia de Anna Karenina", comenta.


Los dos coinciden en que la experiencia en Roma les ha dado una visión más universal de la Iglesia: "Me ayudó a dimensionar un poco más el gran peso que lleva el Papa Francisco sobre sus hombros. Estar cerca suyo me llena de ganas de rezar más por él y por toda la Iglesia. Estuve en varias misas y encuentros con él y, aunque le veía desde lejos, siempre me iba con la misma impresión: que además de haber estado con un hombre santo, me sentía como en mi casa, quizá por lo de ser argentino, no lo sé", reflexiona Santiago.

Para Pedro, esa cercanía con el Papa lo ayuda a tener un corazón más universal: "Estos años seguí sus viajes más de cerca, y sus intervenciones en las que pide oraciones por los problemas de distintas partes del mundo. También pude participar en algunas canonizaciones, como la de Mama Antula, y ahí se ve cómo la santidad es real en todo el mundo".

De cara al sacerdocio
El diaconado no es solo un paso en el camino al sacerdocio, sino una invitación a decirle sí a Dios en el servicio a los demás.

"Espero ser un buen instrumento - confía al respecto Santiago-. Mi sueño es acercar a la gente a Dios, especialmente a través de los sacramentos. Me da mucha paz saber que Dios está a mi lado y que Él hará todo".

Pedro comparte esa mirada: "El sacerdocio no cambia la misión, sino que la amplifica. Seguiré cerca de las personas, escuchándolas y acompañándolas".

Ambos miran con ilusión el futuro, agradeciendo las oraciones que los sostienen en este camino: "Es emocionante sentir que no caminamos solos", afirman.

La ceremonia tendrá lugar a las 10.30, en la basílica de San Eugenio (Viale delle Belle Arti, 10, Roma). Los familiares y amigos que lo deseen podrán unirse a través del servicio de streaming que ofrece la misma basílica.+