El obispo castrense, en Luján: 'Vinimos con el deseo de una Patria más fraterna'
- 4 de octubre, 2024
- Luján (Buenos Aires) (AICA)
Efectivos de las Fuerzas Armadas y de Seguridad peregrinaron a la basílica mariana, donde Mons. Olivera invitó a renovar el deseo de vivir este tiempo "con valentía, sin cobardías".
Efectivos de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas Federales de Seguridad peregrinaron, el 3 de octubre, a la basílica de la Virgen de Luján, patrona de los argentinos, del Obispado Castrense y de la Gendarmería Nacional Argentina.
La misa fue presidida por el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, y concelebrada por capellanes de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas Federales de Seguridad. Participaron además el secretario de Culto de la Nación, Nahuel Sotelo; el jefe del Estado Mayor Conjunto, los jefes del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas y los jefes de las Fuerzas Federales de Seguridad; el intendente de Luján, licenciado Leonardo Boto; y fieles castrenses en general.
En la homilía, monseñor Olivera recordó que, "un 7 de octubre de 2003, monseñor (Antonio) Baseotto -uno de sus antecesores en el cargo de obispo castrense-, vio con acierto pastoral,que era importante que la gran familia de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Federales de Seguridad a nosotros confiada, peregrinara a la basílica de Nuestra Señora de Luján".
"Nos llena de alegría poder transitar ya la XXI peregrinación a la casa de María, a la casa de Nuestra Madre; por tanto, sin equivocarnos, podemos decir: 'Hemos venido a nuestra casa'. Cada Fuerza, con su identidad y misión; cada uno de nosotros, con nuestra situación personal, con nuestras intenciones y necesidades, con nuestros temores y con nuestras alegrías y tristezas. Venimos a casa también en momentos de cambio, momentos difíciles; pero con la esperanza de que serán para bien".
"Madre, nosotros tus hijos venimos 'peregrinando' a este santuario mariano, pero se hace réplica a lo largo y ancho del país, donde las Fuerzas también peregrinan a santuarios significativos de nuestra Patria y ponemos nuestras vidas en primer lugar, deseando y avivando el deseo de vivir según el querer de tu Hijo Jesús. En este año en que somos iluminados por la fe, transitándolo hacia el Año Jubilar Diocesano 2027, sabemos que ponernos en camino es ya un acto de fe: los obispos latinoamericanos nos han compartido que 'es en las peregrinaciones, donde se puede reconocer al pueblo de Dios en camino'", subrayó.
En otro párrafo, el obispo castrense señaló que, "en la herencia de la fe de nuestros mayores, de nuestras familias, de nuestras Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad, y en la fe de nuestra Argentina con su rica historia mariana, venimos a la casa de Luján, con lo que tenemos y somos; con nuestras alegrías y nuestros sueños; con nuestros miedos y esperanzas; con nuestros anhelos y desencuentros, con nuestros deseos de una Patria más fraterna".
"Necesitamos la verdad en nuestra Patria, la verdad en las miradas, la verdad de la historia completa y sin parcialidades engañosas, la verdad de las propuestas y futuro, la verdad. Estamos necesitados de justicia y de verdad, claves para la paz, de caminos de encuentro y de auténtica fraternidad, donde todos tengan lugar; sin insultos ni agravios, sin descalificaciones estériles que nos alejan del querer de Dios", planteó.
"Jesús nos ha atraído hacía Él; en este venir e ir hacia Él, está su Madre al pie de la cruz; ella nos recordará siempre y, a la vez, nos invitará a 'hacer lo que Jesús diga'. La 'hora' de Jesús nos invita a preguntarnos sobre 'nuestra hora'", afirmó el prelado.
Monseñor Olivera recordó asimismo que el beato Eduardo Pironio, cuyos restos mortales descansan en ese lugar santo, decía: "Yo quisiera, mis hermanos, que comprendiéramos que también nosotros tenemos una hora, y que esta hora es la nuestra, que tenemos que comprenderla bien, que tenemos que amarla con intensidad y que tenemos que vivirla con generosidad".
"Esta es la XXI Peregrinación de las Fuerzas Armadas y Federales de Seguridad, y volvemos a traer la gratitud y la alegría de tantos, renovando desde aquí, desde Luján, nuestro deseo de vivir intensamente 'nuestra hora', en este tiempo de la historia que nos toca transitar, con valentía, sin cobardías", concluyó el obispo.