Mons. Uriona: la Transfiguración de Jesús, signo de esperanza

  • 28 de febrero, 2024
  • Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
El obispo de Río Cuarto meditó sobre el Evangelio de la Transfiguración y animó a vivir la Cuaresma con esperanza, como un tiempo de lucha y de preparación para la Pascua.

El obispo de Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, meditó, en el segundo domingo de Cuaresma, sobre el Evangelio de la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor, y lo presentó como un signo de esperanza para los cristianos, que están llamados a vivir la Cuaresma como un tiempo de lucha y de preparación para la Pascua.

En su homilía, pronunciada el domingo 25 de febrero, el prelado explicó que la Transfiguración de Jesús va unida al primer anuncio de su Pasión, y muestra la gloria que le espera al Hijo de Dios después de la cruz. Señaló asimismo que los tres apóstoles que fueron testigos de este acontecimiento, Pedro, Santiago y Juan, son los mismos que verán a Jesús agonizando en el huerto de los Olivos.

Desde la parroquia Jesús Resucitado, en la ciudad de Río Cuarto, monseñor Uriona destacó que el Evangelio de Marcos presenta a Jesús conversando con Moisés y Elías, que representan la Ley y los Profetas del Antiguo Testamento, y que anuncian la misión mesiánica de Jesús. También resaltó la voz del Padre que se escucha desde la nube, que dice: “Este es mi Hijo amado, escúchenlo”.

El obispo señaló que los apóstoles no entendieron el significado de la Transfiguración ni el de la resurrección, y que Jesús les pidió que no dijeran nada a nadie hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos. “Estos son los detalles del Evangelio que a nosotros nos deben llevar a una vivencia de la Cuaresma llena, cargada de esperanza. ¿Por qué? Porque la lucha de la vida, que todos tenemos de mil maneras, termina en la glorificación. Y esa es nuestra gran esperanza. Termina en contemplar a Jesús glorificado. Ir al cielo, en definitiva: eso sería”.

“Contemplar al Señor en el cielo. Ese es el destino del cristiano, ese es el destino de todo ser humano, y que lo vivieron de manera particular los santos, porque así se prepararon en la vida y así se encontraron con Jesús”, afirmó.

Finalmente, el obispo pidió al Señor “que nos ayude a seguir el ritmo de penitencia cuaresmal, de lectura de la Palabra de Dios y de preparación para la celebración de la Pascua”.+