Peregrinación de las madres matanceras para pedirle a la Virgen por sus hijos

  • 26 de agosto, 2023
  • Ciudad Evita (Buenos Aires) (AICA)
Las comunidades diocesanas de San Justo y Gregorio de Laferrere caminaron por la ruta 3 hasta el santuario de Caacupé. Mons. García llamó a "parir un país de verdad", a partir de un corazón de madre.

Las madres de la diócesis de San Justo y Gregorio de Laferrere y peregrinaron juntas, llevando a sus familias, el 21 de agosto por la ruta 3 -que recorre el corazón del partido de La Matanza-, desde el kilómetro 29 (en González Catán) hasta el santuario de la Virgen de Caacupé (en Ciudad Evita), donde pidieron por los niños y niñas de las comunidades de La Matanza.

Al llegar al santuario mariano, el obispo de Gregorio de Laferrere, monseñor Jorge Torres Carbonell, presidió la misa, concelebrada por el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, quien también predicó la homilía, y los sacerdotes que acompañan la pastoral en las villas de emergencia.

Allí se pidió por todas las intenciones de las familias de ese distrito, uno de los más populosos y empobrecidos del conurbano bonaerense. “Estoy peregrinando por los 22 ‘hijos’ que tengo en el hogar, para que tengan un futuro digno”, contó una mujer, a la que se sumó otra con un pedido por “salud y para que no estén más en la calle”. “Estamos presentes varias mamás que tenemos chicos con adicciones, y estoy peregrinando por la recuperación de mi hijo”, acotó una tercera mujer.

En la homilía, monseñor García propuso la figura del parto, al que definió así: “Es el sufrimiento mezclado con la esperanza; y porque está la esperanza, viene el pujo final, con el que viene la vida y se abraza a la vida. Esa vida chiquita, esa vida pequeña, porque en el fondo está llena de promesa”, y preguntó: “¿Quiénes de ustedes mamás, cuando tuvieron por primera vez ese pedacito de carne, tan chiquito, no sintieron y pensaron: '¿Qué será de vos?'?”.

“Se renueva ese parto, cuando se caen tres veces y se levantan cuatro, para poder seguir avanzando. Se renueva ese parto, cuando ven sufrir a sus hijos o ven que sus hijos andan por un camino que, quizás, no es el mejor; y siguen apostando a esa vida, porque esa vida es suya, es carne de su carne, esa vida es suya”, graficó.

El prelado mantancero sostuvo que “hoy estamos acá justamente por eso, porque seguimos esperando, porque queremos esperar, porque queremos que esa promesa que hay en cada vida de nuestros hijos florezca y realmente puedan vivir una vida buena, una vida que sea realmente fruto, alegría y gozo, y bien para los demás”

“Por eso este día rezamos. Rezamos por el futuro, rezamos por los hijos, rezamos desde el corazón de ustedes, tratando de sentir lo que sienten ustedes, de esperar lo que esperan ustedes. Rezamos por sus hijos, por aquellos que traen con el nombre en el corazón y aquellos que trajeron con la foto pegada o con el cartel, pidiendo”, profundizó.

"Parir un país de verdad"
Monseñor García afirmó que “pedimos hoy un nuevo parto. El parto de la esperanza de que no bajemos los brazos; el parto de la esperanza en el cual, luchando y trabajando por todos los hijos, también trabajemos por los hijos de cada uno de ustedes. Pedimos la esperanza de que podamos construir desde nuestras escuelas, desde nuestros clubes, desde nuestros comedores, desde todo aquello que queremos para nuestros hijos, este camino nuevo y de esperanza para que, entre todos, podamos parir un país de verdad".

"No este país de mentira, de cachivache, donde muchos están aprovechándose de la necesidad sin importarles la ‘necesidad’, haciéndose nada más que cargo de su propio deseo de poder y no del dolor de aquellos que realmente sufren y después vivirán las consecuencias de las idioteces que hagan”, advirtió. 

“Eso queremos parir, un país de verdad, no un país de mentira, como lo que nos están proponiendo; queremos parirlo porque lo necesitan nuestros hijos, porque lo precisamos nosotros, porque lo precisa el pueblo”, aseveró. 

El obispo invitó a rezar desde el corazón de las madres, aquellas que “sienten desde adentro y desde lo profundo la necesidad, desde el desgarrón que se hace oración; pero que no se quedan llorando simplemente y dando lástima, sino que ponen manos a la obra, en las casas de recuperación, como las madrazas, en los comedores, en los colegios, acompañando la vida de nuestros barrios y acompañando la vida de nuestras comunidades”.

“Así se hace la historia, así se construye un país, así se vive la esperanza, que no es simplemente esperar que nos venga desde arriba un plan, sino construir una vida digna, donde aquello que tenemos es fruto de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo y de nuestro deseo de construir un mundo mejor”, diferenció.

“Que Dios, en este día, las bendiga. Que Dios nos conceda a todos este ‘nuevo parto’, en el cual podamos realmente, entre todos, hacer crecer y crear un país, el país que nuestros hijos necesitan, el país que tanto trabajo y tanto esfuerzo y tanto dolor de ustedes también se merecen. El país en el que todos podamos estrecharnos, abrazarnos y sentir verdaderamente una gran familia, la gran familia de los hijos de Dios que van construyendo la historia”, concluyó.+