Mons. Martín ordenó dos sacerdotes de los Misioneros de Jesús y María

  • 21 de marzo, 2023
  • Santa Fe (AICA)
El arzobispo de Rosario confirió el presbiterado a Raymond Eghabor Umoru y Agustín Chidolue Mbaneto, a quienes pidió ser servidores del Pueblo de Dios, "con gestos humildes y sencillos".

El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, ordenó presbíteros a Raymond Eghabor Umoru y Agustín Chidolue Mbaneto, ambos pertenecientes a la congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, en una misa celebrada el sábado 18 de marzo en la parroquia San Roque de Capitán Bermúdez, en Santa Fe. 

Concelebraron junto con monseñor Martín, el obispo de Gualeguaychú, monseñor Héctor Luis Zordán M.SS.CC; el superior general de la congregación, padre Ángelo Terracciano M.SS.CC; el padre Carmelo Morra M.SS.CC, delegado superior general de esa congregación en Latinoamérica; el párroco Reynaldo Capuana M.SS.CC, junto con otros sacerdotes. Participó además un gran número de fieles, consagrados, consagradas, y familiares.

Los nuevos ordenados nacieron en Nigeria, estudiaron filosofía en ese país africano e ingresaron al seminario San Carlos Borromeo de la arquidiócesis rosarina para estudiar teología. Al ser ordenados diáconos, realizaron diversas experiencias en distintas comunidades parroquiales.

En la homilía, monseñor Martin expresó: ¡Qué misterio tan gran el de la vocación!. Esta elección de ser ministros del Señor es para toda la eternidad y justamente el Señor ve el corazón, no ve las apariencias. Y decimos siempre que Dios no elige a los más capaces sino capacita a los que elige”.

El arzobispo pidió a los nuevos sacerdotes “conservar siempre la conciencia de ser elegidos. No estamos acá de comedidos, ni venimos porque se nos ocurrió, sino que el Señor los llamó. Siempre consereven esta conciencia de que Dios, aún con nuestra indignidad, con nuestros límites e imperfecciones, nos llamó y eligió. Y nos eligió para estar delante del Pueblo de Dios, para servirlo”.

“No olviden nunca esta consigna de que el ministro es un servidor. El sacerdote, el presbítero, el diácono, somos servidores del Pueblo de Dios, comenzando por los más pobres, para poder así abrazar a todos y no excluir a nadie en nuestro servicio al Pueblo santo de Dios”, continuó.

Asimismo, señaló: “Los sacerdotes no somos agentes sociales ni líderes para resolver los problemas temporales. Para eso están los laicos, que justamente tienen como vocación transformar la realidad del mundo, consagrar todas las cosas a Cristo. Ustedes sean sacerdotes, que puedan ser estos dispensadores de los tesoros divinos y de la gracia de Dios. Somos un canal, somos un cause”.

"Esto es -dijo- lo que espera el Pueblo de Dios de un sacerdote. Que esté en el confesionario, que esté atendiendo en cualquier momento cuando se lo llama, que vaya a ver a los enfermos, que le celebre la Eucaristía con piedad y unción, que celebre los bautismos con mucha alegría, invitando así a participar a todos los que vienen a la vida de la comunidad cristiana, con gentos sencillos y simples, pero que tienen un efecto impresionante”.

Monseñor Martín animó a que cada día “bebamos de la Palabra de Dios y que cada día en la Eucaristía nos unamos más profundamente a Jesús, para que nuestro ministerio sea atractivo, para que en nuestro ministerio brille Cristo y nuestros hermanos se sientan atraídos. Para eso necesitamos trabajar todos los días”.

Finalmente, pidió a los ordenados que sean “pastores conforme al corazón de Cristo, pastores que reúnan en la caridad y en el amor a la comunidad, a la familia de Dios, para llevarlos al Padre por medio de Cristo en el Espíritu Santo”. “Sean dóciles y fecundos”, concluyó.

Por su parte, el padre Morra agradeció la presencia y amabilidad de los obispos, sacerdotes y todos los presentes. “La obra se perfecciona cuando caminamos juntos”, dijo, al tiempo que agregó: "Ellos no son solo presbíteros, sino presbíteros de los Sagrados Corazones de Jesús y María, y desde hoy tienen la llama de la misericordia de Dios, un Dios que ama incondicionalmente a cada uno de nosotros, especialmente a los más pecadores, a los que están extraviados y a los que están en dificultades”.

“Que nosotros podamos desde aquí construir una Iglesia firme, evangelizadora y sinodal para transformar el mundo más humano, con la fuerza de los sagrados corazones de Jesús y de María”, manifestó.

La congregación de los Misioneros
Los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús y María  es una congregación religiosa católica clerical de derecho pontificio, fundada por el religioso italiano Cayetano Errico en 1833, en Nápoles. Los miembros de este instituto son conocidos como Misioneros de los Sagrados Corazones de Nápoles y posponen a sus nombres las siglas: M.SS.CC.

Los misioneros se dedican a la propagación del culto de los Sagrados Corazones de Jesús y María, por medio del ministerio parroquial, las misiones populares y los ejercicios espirituales a creyentes y no creyentes. Además poseen oratorios donde desarrollan actividades de formación cristiana de la juventud.

Los misioneros tienen presencia actualmente en seis países, entre los que se destaca España, República Dominicana, Puerto Rico, Ruanda, Camerún y la Argentina), organizados en seis delegaciones.

Mayor información en el sitio web de la congregación.+