Mons. Lugones: "Estar atentos al paso de Dios en este tiempo de gracia"

  • 23 de febrero, 2023
  • Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Lomas de Zamora, en su homilía del Miércoles de Ceniza, se refirió a la hipocresía, a dedicarle a la oración el tiempo necesario y a los distintos aspectos de la propia conversión.

El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, presidió anoche la misa del Miércoles de Ceniza en la catedral Nuestra Señora de la Paz. Concelebraron el rector de la catedral y su vicario, presbíteros Hugo Barrios e Ignacio Espinosa, respectivamente.

El obispo lomense comenzó su homilía resaltando un pasaje del Evangelio del día: “’No sean como los hipócritas’: Jesús lo repite, y cuando lo repite es para que prestemos atención”. Ampliando el concepto, continuó: “La hipocresía nos impide ver cómo somos verdaderamente nosotros mismos”.

Luego, refiriéndose a la recomendación especial de oración para el tiempo de Cuaresma, expresó: "Ante un mundo que vemos dividido, crispado, violento, con tanta ansiedad, con tanta dedicación al ‘aparato’ (al celular), Jesús nos pide que oremos: ¿y cómo orar si le dedicamos tanto tiempo a tantos compromisos, sin momentos de silencio…? El tiempo te lo hacés: si querés tener tiempo, te lo hacés”.

Y retomó a continuación el tema del principio: “Tenemos que ver de qué manera nos roza la hipocresía y cómo nos impide ver el amor del Padre. Por eso, debemos estar atentos al paso de Dios en este tiempo de Cuaresma, y tratar de descubrir mi pecado–raíz, lo que me pone mal, lo que me entristece”.

Y por eso el obispo de Lomas de Zamora invitó a “dejarnos encontrar con el amor del Padre, ya que este es el fin de la Cuaresma”.

También se refirió a la liturgia del día: “El signo de la ceniza de hoy es el de la temporalidad, el signo de lo que pasa: el cadáver de cada uno de nosotros luego se convertirá en polvo, en ceniza”.

Y, en ese sentido, agregó: “La conversión desde esa óptica, que es a lo que se nos llama en la Cuaresma, es mejorar algo en mi vida, en mi relación con Dios, con los hermanos, con la familia, con la verdad”.

Finalmente, monseñor Lugones recordó: “Comenzamos el jubileo de la Madre Reina de la Paz, ya que se cumplen 150 años de la llegada de su imagen a la Argentina y, en 2025, celebraremos los 150 años también de la dedicación de esta iglesia catedral y la entronización de esta imagen en este templo”.

Y culminó así su sermón: “Pidámosle a la Madre que nos ilumine el camino. Que nos dé la memoria para recordar que somos polvo y al polvo volveremos. Pero, como decía el poeta Quevedo, polvo enamorado, polvo agraciado por el Señor; polvo cuidado, contenido y formado por Dios”.+