Cerca de 30.000 fieles celebraron en Alta Gracia a Nuestra Señora de Lourdes

  • 12 de febrero, 2023
  • Córdoba (AICA)
Una multitud participó, este 11 de febrero, de la 46º peregrinación al santuario ubicado en la localidad de las sierras cordobesas.

Una multitud participó este sábado 11 de febrero, día de Nuestra Señora de Lourdes, de la 46ª peregrinación al santuario cordobés de Alta Gracia, para celebrar las fiestas patronales en honor de la Virgen.

Cerca de 30.000 peregrinos se hicieron presentes en el lugar, tras recorrer los 35 kilómetros que separan la capital provincial de la gruta, según informó el director de Defensa Civil, Roberto Peralta.

Hubo fieles que también se acercaron en sus vehículos y hasta participó un grupo de ciclistas. Como cada año, las demostraciones de fe incluyeron "sacrificios", como ingresar al predio de rodillas o peregrinar descalzo.

Todo se desarrolló en orden, con un operativo de seguridad y tránsito que permitió a los fieles llevar sus promesas y agradecimientos a la patrona de los enfermos.

La misa central en honor a la Virgen de Lourdes fue presidida por el arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Sixto Rossi SJ, y concelebrada por su obispo auxiliar, monseñor Ricardo Orlando Seirutti, y nueve sacerdotes de la arquidiócesis.

En su homilía, monseñor Rossi reflexionó sobre las palabras de María en las bodas de Caná, “Hagan todo lo que Él les diga”, y sobre una frase propuesta por el papa Francisco en su mensaje para la jornada del enfermo 2023: “Cuida de él”, tomadas de la parábola del buen samaritano.

Refiriéndose al mensaje papal, el prelado indicó que “subraya un poco una realidad que es muy fuerte, y que se da muchas veces en torno a la experiencia humana de la enfermedad, que es el aislamiento y el abandono”.

Siguiendo las reflexiones de Francisco, el arzobispo destacó que “la experiencia de la debilidad y de la enfermedad, forman parte de nuestro camino, no nos excluyen del pueblo de Dios, sino que nos llevan al centro de la atención del Señor, que es Padre y no quiere perder a ninguno de sus hijos por el camino”.

“Las personas enfermas están en el centro del corazón del Señor. Se trata de aprender de Él para ser verdaderamente una comunidad que camina unida, capaz de no dejarse contagiar por la cultura del descarte”, añadió.

En ese sentido, destacó la importancia de reconocer “esa condición de soledad y abandono que muchas veces visita al enfermo” y detalló que lo que se necesita “es un gesto de atención, una llamada, una visita, un hacerse presente; tener ese movimiento interior de compasión. Todos necesitamos esa atención compasiva que sabe detenerse, que sabe acercarse”.

A los que se dedican a acompañar a los enfermos les agradeció, porque “lo que ustedes hacen implica una grandeza de corazón. Por eso mismo es una gran bendición. Ustedes pueden ser definidos como ‘combatientes contra el dolor’. El combate más digno del ser humano, así como generar dolor es el gesto más miserable”.

Además, los calificó como “verdaderos ángeles vestidos de médicos, de enfermeras, de hermanos, hijos, amigos, voluntarios, que en esas horas oscuras siempre llegan con su presencia, con su palabra, con su silencio, con su mirada o su gesto de ternura”.+