Mons. Mestre: "Estar siempre atentos y purificar toda intención"

  • 8 de febrero, 2023
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata, siguiendo el Evangelio del domingo, analizó las implicancias de ser sal, luz y realizadores de "buenas obras".

Monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, en su predicación para el quinto domingo del tiempo ordinario, propuso centrarse en tres puntos para orar y reflexionar, sintetizados en tres expresiones: “sal”, “luz” y “buenas obras”.

¡Ser sal de la tierra!
Respecto del primer punto, el diocesano expresó “Que Jesús nos diga en plural a nosotros, sus discípulos, que somos ‘la sal de la tierra’ implica” a su vez otros tres aspectos.

El primero sería “realzar el sabor de la vida: en la línea de las bienaventuranzas del domingo pasado, podemos redescubrir nuestra vocación en esto de dar condimento a la vida de las personas. Ante una vida insípida, aburrida, atomizada debemos asumir el desafío de ser sal para dar sabor”.

El segundo, “invadirlo todo: como la sal en la comida, la Palabra de Vida del Señor, en su debida medida, debe invadirlo todo. No debe quedar espacio libre, ninguna periferia geográfica ni existencial debe perderse el buen sabor del Evangelio de Jesucristo, y por eso debemos ser sal”.

El tercero,ser nobles: como la sal, debemos ser fieles, refugio seguro para el que lo necesita. No se trata de una nobleza aristocrática sino de la nobleza que va por el camino de la fidelidad del que cuida, protege y acompaña en nombre del Señor”.

¡Ser luz del mundo!
En relación con el segundo punto principal, el obispo de Mar del Plata hizo notar que “en cuanto discípulos del Señor, no podemos renunciar a ser luz” y que “si tenemos la luz de Jesús en nuestro corazón, seremos luz para los demás”.

En ese sentido, remarcó que las tinieblas y la oscuridad del mundo se expresan, por un lado, “en el dolor y sufrimiento de tantos hermanos que, por diversos motivos, necesitan ser iluminados por la luz del sentido”.

Y, por otro lado, añadió que también se hacen presentes “en la confusión de valores que tenemos en nuestra sociedad. Cuando al mal se lo disfraza de bien y cuando al bien se lo cataloga de mal, hace falta iluminar con la luz de la verdad”.

¡Qué sean vistas nuestras buenas obras para glorificar al Padre!
Respecto de este punto, el prelado afirmó que “la última afirmación de Jesús en este texto, más que analizar las buenas obras en sí, busca hacernos revisar la motivación de las mismas”.

En efecto: “¿Por qué hago lo bueno que hago? Jesús rechaza como hipócritas a aquellos que hacen las cosas para ser vistos”.

Sin embargo, remarcó que “las buenas obras que hacemos, vistas por los demás, deben llevar a que todos glorifiquen al Padre que está en el Cielo"

Y para eso, concluyó, debemos “estar siempre atentos y purificar toda intención”.+

El texto completo de la reflexión puede leerse siguiendo este link: https://www.obispado-mdp.org.ar/a/domingo-5o-durante-el-ano-ciclo-a-2023/