Quilmes celebró la fiesta de la patrona de la diócesis, la Inmaculada Virgen María

  • 12 de diciembre, 2022
  • Quilmes (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Quilmes presidió la misa por la fiesta de la patrona diocesana, la inmaculada Virgen María, a quien "le confiamos nuestro camino sinodal, para poder llevar la alegría del Evangelio con el

El obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, presidió el jueves 8 de diciembre en la catedral la misa central por la fiesta de la Inmaculada Concepción, en la que participaron fieles, sacerdotes, religiosos y religiosas.

Durante los festejos, que este año estuvieron acompañados por el lema “Caminemos juntos con María Inmaculada”, se rezó una novena preparatoria y una adoración al Santísimo.

Durante la celebración eucarística, monseñor Tissera recordó que “hoy queremos honrar a María, rodearla de nuestro cariño de hijos e hijas, suplicándole por nuestra Iglesia diocesana. Dándole gracias por tantos beneficios espirituales”, al tiempo que mencionó que también “queremos agradecerle la ayuda que nos brindará en nuestro servicio pastoral el presbítero Eduardo Gonzalo Redondo, obispo auxiliar electo”.

Asimismo, el prelado manifestó: “Hoy queremos traerle a la Virgen Madre las necesidades de nuestro pueblo que peregrina en esta porción de la Iglesia. Confiarle a ella nuestro camino sinodal, para poder llevar la alegría del Evangelio a nuestras hermanas y hermanos de estos tres distritos de Quilmes, Florencio Varela y Berazategui, con el estilo de Jesús”.

Monseñor Tissera recordó que el pueblo cristiano “guarda en su corazón los más puros y profundos sentimientos de amor para la Madre de Dios; la contempla tan bella y pura provocando que en su honor se hayan realizado tantas obras de arte, que es el modo que el ser humano tiene para expresar sus experiencias y vivencias más hondas y espirituales. Así encontramos bellísimas pinturas, imágenes, esculturas, obras musicales, danzas creadas en honor de la Virgen”.

A ella, continuó, “acude el pueblo cristiano en sus días de alegría y de gloria, como también en las noches de tristeza y dolor”. También destacó que “los santuarios de la Virgen son la expresión más patente del amor de Dios por su pueblo hecho ternura en María siempre Virgen, y cabal manifestación del amor humilde y profundo del pueblo a la Virgen concebida sin pecado original, pidiéndole que Ella ruegue por nosotros pecadores”.

Finalmente, invitó a hacer la oración a la Virgen que utilizó el papa Francisco:

Madre nuestra Inmaculada,
Hoy el pueblo de Quilmes se reúne en torno a ti.
Las flores puestas ante ti, por tantas realidades de la ciudad,
expresan su amor y devoción por ti,
que velas por todos nosotros.


Y también ves y acoges esas flores invisibles
que son tantas invocaciones, tantas súplicas silenciosas,
a veces, sofocadas, ocultas, pero no para ti que eres Madre.
Después de hacerlo por dos años con algunas restricciones,
debido a la pandemia,
te traigo las súplicas de todos tus hijos, cercanos y lejanos.


Tú, desde el Cielo, donde Dios te ha recibido,
ves las cosas de la tierra mucho mejor que nosotros.
Pero como Madre, escuchas nuestras invocaciones
para presentárselas a tu Hijo, a su Corazón lleno de misericordia.


En primer lugar, te traigo el amor filial de innumerables hombres y mujeres,
no sólo cristianos, que te tienen una gran gratitud, por tu belleza,
toda gracia y humildad. Porque en medio de tantas nubes escuras,
tú eres un signo de esperanza y consuelo.


Te traigo la sonrisa de los niños, que aprenden tu nombre delante de tu imagen,
en brazos de sus padres y abuelas; y empiezan a conocer que tienen una Madre en el Cielo.
Y cuando en la vida sucede que esas sonrisas dan paso a las lágrimas,
qué importante es haberte conocido, haber tenido el don de tu maternidad.


Te traigo la gratitud de los mayores y los ancianos.
Una gratitud acorde con sus vidas,
tejidas de recuerdos, alegrías y dolores. De
logros que saben bien que los han conseguido
con tu ayuda; sosteniendo sus manos en la tuya.


Madre, te traigo las preocupaciones de las familias,
de padres y madres que, a menudo, luchan para llegar a fin de mes en casa,
y afrontan, día a día, pequeños y grandes desafíos para salir adelante.


En particular, te confío a las parejas jóvenes,
para que mirándote a ti y a San José,
afronten la vida con valentía, confiando en la providencia de Dios.

Te traigo los sueños y las ansias de los jóvenes, abiertos al futuro,
pero frenados por una cultura rica en cosas pero pobre en valores.
Una cultura saturada de información y deficiente en educación;
persuasiva en engañar y despiadada al decepcionar.
Te encomiendo especialmente a los jóvenes, los más afectados por la pandemia,
para que puedan reanudar lentamente, agitar y desplegar sus alas,
y redescubrir el sabor de volar alto.


Virgen Inmaculada, hoy hubiera gustado traerte la acción de gracias del pueblo ucraniano.
Pero debo presentarte, en cambio, la súplica de los niños, de los ancianos,
de los padres y de las madres,
de los jóvenes de esa tierra martirizada, que sufre tanto.
En verdad, todos sabemos que tú estás con todos los que sufren,
así como estuviste junto a la cruz de tu Hijo.


¡Gracias Madre nuestra!
Mirándote a ti, que estás libre de pecado,
que podamos seguir creyendo y esperando.
Que sobre el odio prevalezca el amor.
Que sobre la mentira prevalezca la verdad.
Que sobre la ofensa prevalezca el perdón.
Que sobre la guerra prevalezca la paz.
Así sea.+