Mons. Mestre: "El Señor y solo Él está al centro de la vida y de la historia"

  • 29 de noviembre, 2022
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo marplatense se refirió a la Parusía de Cristo, a su Nacimiento y al encuentro personal con Él.

En su mensaje a partir de las lecturas del primer domingo de Adviento, monseñor Gabriel Antonio Mestre, obispo de Mar del Plata, se refirió a los 3 grandes temas de este tiempo litúrgico: la Parusía, la Natividad en Belén y el encuentro personal con Cristo.

Así, durante las  primeras dos semanas, el aspecto predominante es el de la venida definitiva del Señor al final de los tiempos; en la tercera y la cuarta,  el de su venida histórica, concretada en su Nacimiento en Belén; y, entre ambas venidas, una tercera, que es “la mística, la espiritual: el Señor que viene a nosotros por la fe, en la oración, en la lectura de su Palabra, en los Sacramentos, en cada acontecimiento y en cada hermano que se acerca, especialmente si está enfermo, débil, sufriente o empobrecido”.

A continuación, monseñor Mestre, “en el marco de la riquísima espiritualidad del Adviento”, propuso los siguientes puntos “para meditar y reflexionar”.

En Dios está el sentido de la vida y de la historia
El prelado marplatense apuntó que “es llamativo cómo en la Liturgia de la Iglesia católica comenzamos el año mirando el final. Un nuevo año litúrgico se inicia con un evangelio apocalíptico”, y añadió en el mismo sentido: “Se pone el acento en lo que ocurrirá al final de los tiempos, de la historia. Toda la vida apunta hacia allí desde el comienzo”.

Y es por eso que es preciso tener en cuenta que “la vida no se resuelve solo en la dinámica de esa historia, sino que hay un proyecto trascendente que mira al Hijo del Hombre, que vendrá con poder para llevar a plenitud la creación entera”.

De ahí que “desde la esperanza en la consumación final, Jesús es el primero y principal protagonista de la historia de nuestra vida. El Señor y solo Él está al centro de la vida y de la historia”.

“Ustedes saben en qué  tiempo vivimos…”
El obispo de Mar del Plata aludió aquí al comienzo de la segunda lectura, que comienza con esta frase de san Pablo.

En particular, al hecho de que “el Señor nos regala el tiempo como una gran oportunidad para nuestra vida”, tanto en “en este transitar histórico” como “en clave de vida eterna”.

Por lo tanto, se sugiere “entender el tiempo como espacio de Evangelio, de vida nueva, de cambio para bien, de conversión, de vivencia de los valores del Reino”.

Algunos verbos de atención y movimiento
En relación con este punto, el diocesano marplatense sostuvo: “El adviento es el tiempo de la espera y la esperanza activas. Por eso, a lo largo de las tres lecturas se describen una serie de VERBOS que marcan esta no pasividad. Algunos de ellos son: vengan, subamos, caminemos, despierten, abandonen, revístanse, velen, estén prevenidos y preparados”.

En el mismo sentido, agregó a modo de conclusión: “Debemos estar alertas y atentos para ponernos en movimiento en lo que Dios muestre. El adviento es un tiempo de atención y movimiento. Atención a lo esencial y movimiento hacia lo que es realmente importante. Acercándose el fin de año corremos el riesgo de no estar atentos y en movimiento con lo que realmente vale la pena”.+