Fiestas de la Virgen del Rosario en la ciudad de Maipú

  • 8 de octubre, 2022
  • Chascomús (Buenos Aires) (AICA)
Mons. Malfa invitó a caminar con María escuchando al Papa que llama a una cultura del encuentro para construir un pueblo en paz, justicia y fraternidad.

El viernes 7 de octubre se celebró la fiesta patronal de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en la ciudad bonaerense de Maipú, diócesis de Chascomús, que tomó el mismo lema de la Peregrinación Juvenil a Luján: “Madre, míranos con ternura, queremos unirnos como pueblo”.

En los días anteriores a la celebración patronal, las comunidades educativa y parroquial realizaron la misión “María, camina por nuestra ciudad”, que consistió en una caminata con la imagen de la Patrona por los distintos barrios y plazas públicas de la ciudad. En estas estaciones se rezaron los misterios del Rosario pidiendo por los niños, por los jóvenes, por los enfermos, por los adultos mayores, por la toma de conciencia en el cuidado de nuestra casa común, por las vocaciones sacerdotales y por las intenciones del papa Francisco.

En horas de la mañana del día de la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, al término de una procesión por la ciudad, el obispo de Chascomús, monseñor Carlos Humberto Malfa, celebró la santa Misa en el “hermoso templo parroquial”. Al referirse al Evangelio de la Anunciación dijo: “Abramos el corazón para aceptar en nuestra vida las palabras que el Ángel dirigió a María de parte de Dios: “Alégrate”; es una invitación a la alegría que tiene que notarse en los rostros y en las vidas de todos los discípulos y misioneros.

El Ángel da la razón de esta alegría: “Dios está contigo”; nunca estamos solos en el camino de la vida. “No temas”, invitación a la paz de la conciencia y del corazón que vivimos cuando hacemos el bien y, si perdemos esa paz, Dios nos espera en la confesión para darnos nueva vida con su misericordia. “No hay nada imposible para Dios”, es una invitación a la esperanza, cuando todas las puertas humanas se cierran, se fortalece la esperanza cristiana”.

Aquí el Obispo invitó a “recuperar la fuerza transformadora de la esperanza”, y recordó la enseñanza de San Agustín: “La esperanza tiene dos hermosas y queridas hijas: la indignación y el coraje. La indignación para rechazar las cosas tal como están, y el coraje para cambiarlas”.

Gracias a Dios -expresó el obispo- en todas las comunidades parroquiales de la diócesis se rezó siempre la Oración por la Patria e invitó a intensificarla.

Refiriéndose a la realidad del país, monseñor Malfa, hasta hace poco secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, señaló que “vivimos un padecer crónico del que necesitamos salir y reconstruir otra vez la democracia, por la que se pagó un precio muy alto para recuperarla y es el estilo político que puede liberarnos de posibles extremismos, populismos, personalismos que impiden el crecimiento integral y amenazan el bienestar y estabilidad de un pueblo”.

Asimismo, ante esta situación resaltó la urgencia de tomar conciencia de la necesidad del compromiso de todas las dirigencias del país y de los ciudadanos señalando que “las palabras ayudan, pero no bastan, se necesitan gestos y la decisión de caminar juntos, encarnando las palabras del papa Francisco: “Estamos todos en una misma barca… llamados a remar juntos… nadie se salva solo”.

También hizo un llamamiento a no “quedarnos paralizados frente a una lógica que enfrenta y divide”, para lo que indicó a “la trascendencia y el valor de la fraternidad” como inspiradoras e iluminadoras de decisiones superadoras.

Monseñor Malfa resaltó que “la Iglesia no puede ser parte del problema en enfrentamientos, posicionamientos ideológicos, visiones sesgadas de la realidad y, menos aún en la explosiva tentación de la violencia. La Iglesia, fiel a su misión y a su libertad, está llamada a ser puerta de solución, espacio donde sea posible el diálogo que es escucha, respeto, confianza -dialogar es confiar- en la búsqueda incansable del bien común poniendo en el centro a los más pobres…”

Finalmente, el obispo de Chascomús invitó a caminar juntos como Pueblo de Dios con María escuchando al papa Francisco que nos sigue llamando a desarrollar la “cultura del encuentro” para la “construcción de un pueblo en paz, justicia y fraternidad”.+