Mons. Uriona: "El salir, el misionar, provoca una alegría que es única"

  • 7 de julio, 2022
  • Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
El obispo de Río Cuarto reflexionó sobre la responsabilidad que como bautizados "tenemos en esa misión", en el "transmitir esa fuerza de la Palabra que está en nuestro corazón".

En el 14° domingo del tiempo ordinario, el obispo de Río Cuarto, monseñor Adolfo Armando Uriona FDP, celebró la Eucaristía en la parroquia Santa María Teresa Goretti, a quien se la recordaba durante esos días a través del rezo de una novena. 

Al predicar la homilía, destacó que “este día está dedicado especialmente a la característica principal del cristianismo que es el amor a los enemigos” y “dentro del momento que estamos viviendo como diócesis preparando el sínodo que se realizará el próximo año”, resaltó.

El Evangelio del domingo anterior, en el que Jesús iniciaba su camino a Jerusalén, lugar en el que sufriría la Pasión, el prelado rememoró que durante “este trayecto muchas veces se nombraba la palabra ‘envío o misión’, y por eso, hoy el Evangelio nos habla del envío de 72 discípulos además de los 12 apóstoles. Esto es muy interesante, es muy propio del Evangelio de San Lucas y que muestra la universalidad de la misión de anunciar el reino, una misión que es para todos los tiempos y para todos los lugares”. “Aquí se vislumbra poco a poco el camino misionero que llevará la Iglesia a lo largo de los siglos y de distintas maneras”, explayó.

Tomando el mensaje que Jesús les da a los 72 enviadoss, 'vayan, yo los envío como ovejas en medio de lobos’, el obispo de Río Cuarto reconoció que esa imagen es “fuerte” ya que “la oveja en medio de lobos es muy débil y muy vulnerable”.  Entonces “el riesgo que puede tener un misionero es convertirse con sus gestos o con sus actitudes en lobo también. Es decir, responder a la agresión de un mundo hostil de una manera hostil”, destacando que contrariamente a esto, “la respuesta que Jesús les dice que tienen que dar es la del amor, responder con la verdad de la Palabra, con el amor del corazón y con la fuerza de Dios que llevan adentro”.

Seguidamente, reflexionó sobre otra de las cosas que Jesús les dijo; ‘no saluden a nadie en el camino ni lleven dinero, ni provisiones, ni calzado’. “Esto no hay que tomarlo al pie de la letra literalmente porque cuando uno toma la Palabra de Dios literalmente puede cometer muchísimas equivocaciones”, sino que esto de no llevar tantos preparativos “significa la urgencia de la misión. Ya hay que salir”, indicó el prelado.

Por otro lado, subrayó que el no detenerse a saludar “está muy relacionado con las costumbres orientales de aquel tiempo, donde detenerse a saludar significaba quedarse muchísimo tiempo en un lugar. O sea un perder tiempo para la misión”.

En esa ausencia del anuncio, Jesús dice ‘den la paz’, esa “paz que no es de uno sino que es la paz que viene de Dios. Y la paz no es solo ausencia de guerra, sino que en este caso significa todos los bienes que vienen de Dios, Dios que provee todos los bienes a las personas que lo necesiten”, expresó monseñor Uriona, que enfatizó que “esto es una gran invitación al envío misionero que debemos hacer todos”, recordando las palabras del papa Francisco en Evangelii gaudium de que ‘todos estamos llamados a la misión, no solamente los sacerdotes o religiosos, sino todo el Pueblo de Dios’.

“Como bautizados tenemos esa misión, tenemos que transmitir esa fuerza de la Palabra que está en nuestro corazón. Es la fuerza de Palabra y no tanto la idoneidad del que la transmite lo que va cambiar los corazones de la gente descubriendo el reino de los cielos”.

Finalmente, reflexionó que “el salir, el misionar, provoca una alegría que es única” y pidió que “podamos experimentarla en nuestra Iglesia, nuestra comunidad como fruto de este sínodo que estamos celebrando”.+