Mons. Mestre: Debemos mirar hacia dónde Dios quiere llevarnos hoy

  • 29 de junio, 2022
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
En el 13° domingo durante el año, el obispo de Mar del Plata animó a resignificar "nuestro seguimiento de Cristo para ser verdaderos discípulos misioneros".

En el marco del 13° domingo del tiempo ordinario, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre, instó a reflexionar sobre la significación de este tiempo a partir de los siguientes tres puntos: Violencia que engendra violencia; mi seguimiento de Cristo; la libertad de encaminarse decididamente.

Violencia que genera violencia
Con respecto al primer punto, el obispo señaló que el mal nunca se corrige con el mal, la violencia nunca se combate con más violencia. Muchas veces “esta fuerza nos hace reaccionar con firmeza ante lo que está mal, ante la injusticia. Y eso es bueno. Pero puede también descontrolarse, descarriarse, exagerarse o caer en la actitud de soltarse la cadena, como se dice popularmente”, expresó.

Además, monseñor Mestre dijo que “en ese caso, lejos de sanar el mal, se termina dañando más aún”, y recordando algunos fragmentos de la narrativa Evangélica, aseguró que los mismos invitan a reflexionar sobre la regulación de “nuestro movimiento pasional irascible que no es más que preguntarnos cómo andamos en nuestras reacciones en la vida, sobre todo cuando estamos sometidos a presión o en medio de las dificultades y tensiones cotidianas”.

En ese sentido, instó a preguntarse si “siento el deseo desordenado de responder con violencia  a algunas personas”; o “si me ha dejado contento maltratar a alguien, enfurecerme de forma desproporcionada”. También invitó a analizar “cómo está hoy mi “movimiento pasional irascible”.

Mi seguimiento de Cristo
Con respecto a este segundo punto, el  prelado señaló que seguimiento significa “estar dispuesto a todo, rechazar todo lo que nos ate y urgencia en la respuesta”. “Una propuesta exigente de seguimiento que nos tiene que hacer orar y reflexionar. Nosotros también en nuestros propios contextos debemos resignificar nuestro seguimiento de Cristo para ser verdaderos discípulos misioneros”, continuó monseñor Mestre.

En esa misma sintonía, se preguntó en voz alta si realmente “busco ser un seguidor de Jesús”, o si “acepto que seguir al Maestro implica muchas veces estar en la 'intemperie', es decir no tener dónde reclinar la cabeza” y si también existen “cosas o situaciones que hoy me atan para el seguimiento del Señor".

La libertad de encaminarse decididamente
Finalmente, el obispo de Mar del Plata explicó que la expresión ‘se encaminó decididamente’, tiene que ver con aquella decisión que Jesús tomó al ir hacia Jerusalén, señala “la fuerza de tomar una decisión firme, inamovible, segura y totalmente convencida que tiene que ver con la voluntad del Padre que lo conduce a Jerusalén para la Pasión y Resurrección”, manifestó.

Además, reflexionó que “se impone, a la luz de nuestra vida, y a la luz de los puntos anteriores revisar hacia dónde nos estamos encaminando decididamente”. “En palabras de Pablo en la segunda lectura, mirar qué estamos haciendo con el hermoso don de la libertad. La libertad como don de Dios es para amar y servir, para el bien y la verdad”, expresó monseñor Mestre, quien reafirmó que “debemos mirar nuestra vida y desde donde estamos parados elegir orientarnos con rostro firme y decidido hacia ‘nuestra Jerusalén’, es decir hacia donde Dios quiere llevarnos hoy. Descubrir su proyecto puntual y concreto, buscar estar donde Dios quiere que estemos. Según los designios del Señor, tener clara la meta de mi vida y encaminarse decididamente”.

Seguidamente, invitó a repensar “hacia dónde va mi vida hoy o hacia dónde voy transitando de forma decidida. También animó a observar “quién me marca el destino y el rumbo y si descubro el llamado a la libertad que Jesús me hace”.+