Mons. Fernández: Dios "pasa" para consolar a su pueblo y sacarlo del sufrimiento

  • 19 de abril, 2022
  • Rafaela (Santa Fe) (AICA)
En la Vigilia Pascual, el obispo de Rafaela se refirió a la crisis en nuestro país y en el mundo, y destacó la necesidad de la cercanía de Dios.

El obispo de Rafaela, monseñor Luis Fernández, presidió en la noche del sábado, la Vigilia Pascual en la catedral San Rafael.

En su homilía, el prelado destacó la invitación de Dios a su pueblo: “Dios hace Pascua, que significa el “paso” de Dios junto a su pueblo para liberarlo, para consolarlo y sacarlo de la esclavitud y del sufrimiento”.

“Hoy también, en este 2022, vivimos el “paso” de Dios ante una guerra que afecta a la humanidad, cuando una nación invade a otra nación, provocando muertes, grandes destrucciones y la triste huida de grandes poblaciones hacia países donde reciben a los inmigrantes para vivir en paz y con dignidad que han perdido”.

“Crisis en nuestro país, no solo por la vivencia larga del covid, que ataca a la humanidad con la muerte de muchos, sino también por las consecuencias educativas, sociales, de pérdida del trabajo, problemas económicos, familiares, de vínculos y contención y con una sanidad a veces desbordada hasta el heroísmo del servicio”.

En ese sentido, destacó el signo del fuego nuevo, que surge de las cenizas, “de un mundo que necesita de la cercanía de Dios, al no encontrar ni en la ciencia, ni la técnica, ni la economía o la política la solución que llegue a lo esencial de la vida, cuando la humanidad toda sufre el desamparo”. 

“Pascua es la noche santa en que Jesús pasa de la muerte a la vida, disipando las tinieblas de la inteligencia y del corazón. Por eso, se le canta llenos de alegría al Cristo resucitado, en el signo del cirio pascual, iluminando y dando nueva vida a su paso, que es la Pascua de Jesucristo, triunfador de la muerte”.

“La Tierra comienza como en nueva creación, a ser iluminada, con esplendorosa luz, haciendo huir a las tinieblas del pecado que cubrían el mundo. Se alegra nuestra madre la Iglesia, adornada con los fulgores de una luz tan brillante, al contemplar la claridad de esta nueva luz tan santa”.

“Es tan grande la alegría del corazón humano ante la resurrección de Jesucristo, y por eso se le canta con toda la mente y el corazón al Dios invisible, pero presente, en el fuego bendecido y en el cirio pascual encendido, reconociendo el paso, la Pascua del Padre todopoderoso y de la resurrección de su único Hijo Jesucristo”.

Monseñor Fernández deseó a los fieles “que la Pascua de Jesús llene de ardor, de entusiasmo y de profunda fe”, como aquellas mujeres que fueron al sepulcro y salieron a anunciar “la alegría más grande que tiene la humanidad: que Cristo ha resucitado y vive, vive para siempre en la plenitud de la vida, que ahora quiere participar a la humanidad”.+