Mons. Mestre: "Semana Santa, una verdadera oportunidad de abrirnos a su misericordia"

  • 13 de abril, 2022
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata comenzó la Semana Santa con la celebración de Ramos el viernes 8 de abril en una alcaida penitenciaria. En la catedral, el domingo invitó a ser artesanos de la paz.

El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre celebró el Domingo de Ramos en la catedral, con una concurrida convocatoria, luego de dos años de restricciones en la Semana Santa.

En su homilía, el prelado marplatense animó a “que el ramito de olivo nos recuerde que Cristo es nuestra paz y que estamos por su fuerza y por su gracia a ser artesanos de esa paz”.

Esto es significativo, expresó el obispo, en el actual escenario mundial, “en el que una vez más, la miseria de la guerra se hace presente para sumir en el sufrimiento y la pobreza a tantos”.

El obispo invitó, no solo a la súplica por la paz, sino también a asumir “la responsabilidad que nos toca, desde todos los ámbitos a ser artesanos por la paz”.

Con relación a esto, monseñor Mestre señaló que “las aclamaciones con los ramos elevados y el elocuente entusiasmo de los presentes en la celebración es un verdadero signo de esperanza para esta nueva etapa, que con expectativa nos animamos a llamar poscovid”.

En esta línea, destacó también la riqueza del mensaje de la Palabra de Dios “que nos presenta a Jesús en su Pasión, invitando a todos a acercarse sin miedo a la misericordia para experimentar la alegría del perdón”.

“La Semana Santa es una verdadera oportunidad de abrirnos a su misericordia. Esto implica reconocerse pecador y hacerse cargo de aquello que hoy necesitamos entregar a Jesús para que podamos ser salvados. De este modo, la Pasión del Señor es camino de paz y reconciliación”, concluyó.

Monseñor Mestre había iniciado las celebraciones de Semana Santa, el pasado viernes 8 de abril, en la alcaidía penitenciaria Batán UP 44, donde bendijo los ramos y realizó la procesión junto a personas privadas de la libertad. Y aprovechó la ocasión para realizar el tradicional gesto del lavado de pies que suele hacerse el Jueves Santo, a ejemplo de Jesús, como servidor.+