Mons. Tissera llamó a servir a Jesús en los que sufren

  • 11 de febrero, 2022
  • Quilmes (Buenos Aires) (AICA)
En el día de Nuestra Señora de LOurdes, y con ocasión de la XXX Jornada Mundial del Enfermo, el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, envió un mensaje.

En el marco de la XXX Jornada Mundial del Enfermo, este 11 de febrero el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, animó a "estar al lado de los que sufren en un camino de caridad". Lo hizo a través de una carta enviada a los fieles, la primera del año 2022.

"La pandemia no terminó. Si bien la vacunación mitigó grandemente los efectos terribles del Covid-19, aún siguen los contagios y todos experimentamos las consecuencias múltiples de esta tormenta que se desató sobre la humanidad entera", señaló el prelado al inicio de su mensaje

"La celebración de la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, protectora de los enfermos, fue declarada hace tres décadas como Jornada Mundial de Oración por los Enfermos. Este año el papa Francisco eligió el lema: «Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso»".

En ese marco, exhortó a rezar "por los enfermos y por quienes los cuidan y atienden sirviendo en ellos a Cristo que sufre hoy entre nosotros".

Y citando el mensaje del Santo Padre para esta jornada, expresó: "Podemos afirmar con asombro y gratitud que la misericordia de Dios tiene en sí misma tanto la dimensión de la paternidad como la de la maternidad, porque Él nos cuida con la fuerza de un padre y con la ternura de una madre, siempre dispuesto a darnos nueva vida en el Espíritu Santo”.

Refiriéndose puntualmente a la comunidad diocesana, el obispo señaló: "Como en tantos lugares, en estos tres partidos bonaerenses de Berazategui, Florencio Varela y Quilmes que conforman nuestra diócesis, hemos experimentado los embates de la pandemia y sentimos muy cercana la enfermedad y la muerte".

Y detalló: "Lo vivimos en las familias de nuestras parroquias; muchos de esos enfermos fueron catequistas, servidores de Cáritas, seminaristas, diáconos, religiosas, religiosos y sacerdotes. Lamentablemente, algunos de ellos fallecieron".

"Ante una realidad tan cruda e inédita, seguramente hubo equivocaciones, improvisaciones, impotencia. Pero sobre todo es digno de destacar el espíritu de servicio que primó sobre tantas negatividades. No nos cansaremos de agradecer a Dios porque suscitó en el corazón de muchas personas las actitudes y gestos del buen samaritano. Han sido innumerables. La mayoría fueron anónimas, otras trascendentales. Por ahí anduvo Dios, que nunca abandona".

Y citando nuevamente al papa Francisco, expresó: “La invitación de Jesús a ser misericordiosos como el Padre adquiere un significado particular para los agentes sanitarios. Pienso en los médicos, los enfermeros, los técnicos de laboratorio, en el personal encargado de asistir y cuidar a los enfermos, en los numerosos voluntarios que donan un tiempo precioso a quienes sufren. Queridos agentes sanitarios, su servicio al lado de los enfermos, realizado con amor y competencia, trasciende los límites de la profesión para convertirse en una misión. Sus manos, que tocan la carne sufriente de Cristo, pueden ser signo de las manos misericordiosas del Padre. Sean conscientes de la gran dignidad de su profesión, como también de la responsabilidad que esta conlleva”.

Finalmente, el prelado recordó a monseñor Jorge Novak que "en carne propia, en la plenitud de sus fuerzas de vivir fue visitado por una terrible enfermedad. Como hombre de Dios, padeció todo muy unido a Jesús. Desde el Hospital Francés expresó: 'Con esta original homilía, grabada desde mi lecho de enfermo en que me encuentro… los saludo con todo mi afecto de padre y amigo… La experiencia del amor misericordioso del Padre… en un momento de gran angustia… me dio seguridad… haciéndome caricia… y proveyéndome de todo lo que iba a necesitar para mi recuperación'".

Y agregó: "Al año siguiente de su internación, bastante recuperado ya, decía: 'Queridos hermanos, les vuelvo a escribir con los sentimientos que brotan de un corazón que late al unísono con ustedes… Llevado por el afecto los descubro a ustedes en sus casas, o en los centros hospitalarios. Trato de percibir y compartir espiritualmente sus dolores y esperanzas. Muchos de ustedes saben más que yo, por su propia larga y dura experiencia, lo que es el dolor'".

También hizo suya la ocasión "para agradecer la labor que año tras año realiza entre nosotros la Pastoral de la Salud. Muchos agentes se vieron limitados en su accionar por las restricciones sanitarias, pero no les impidió que buscaran todos los medios para estar cercanos a los enfermos, a sus familias, no sólo con la oración, sino también procurando que no les falte lo necesario para su atención integral".

"A todos ellos, al padre Adrián Bergallo y su equipo, a los capellanes de los hospitales, a las servidoras y servidores de cada parroquia, a los voluntarios que se ofrecieron en este tiempo, nuestro sincero reconocimiento y agradecimiento. Ojalá muchas personas más respondan al llamado de Jesús para servirlo en los que sufren".

"Que la gran misericordia de Dios se derrame en nuestros corazones, y que nuestros enfermos sean aliviados y sanados de sus padecimientos. Lo pedimos por medio de Nuestra Señora de Lourdes en esta Jornada de oración por los enfermos".+