Mons. Mestre: "Jesús, sin tener pecado, se pone en la fila de los pecadores"

  • 11 de enero, 2022
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
En la fiesta del Bautismo del Señor, el obispo marplatense resumió en tres puntitos la solidaridad de Dios con los pecadores, la gracia bautismal y la necesidad de catequizar este sacramento.

En su homilía de la fiesta del Bautismo del Señor, monseñor Gabriel Antonio Mestre, obispo de Mar del Plata, explicó: “No estamos ante el sacramento del Bautismo, sino ante un nuevo relato de manifestación, de revelación de Dios al mundo. Es una teofanía donde, por la acción del Espíritu Santo, el Padre da conocer a su Hijo muy querido”. 

Por eso, resumió en tres puntitos las ideas centrales de esta festividad: la solidaridad de Jesús con la humanidad pecadora, la renovación de la gracia bautismal, y la catequización de este sacramento.

Solidaridad de Jesús con la humanidad pecadora
En primer lugar, el obispo señaló: “El bautismo de Juan es un rito de purificación exterior al que Jesús se somete sin tener necesidad de hacerlo porque en Él no hay pecado. Se da aquí una vez más la solidaridad de Dios con la humanidad pecadora expresada claramente en la celebración de todo el tiempo de Navidad”

En ese sentido, resaltó la importancia de la misericordia: “El corazón de Dios que se inclina, se acerca a la miseria, a la debilidad, al pecado de la humanidad. Jesús, sin tener pecado, se pone en la fila de los pecadores que se van a bautizar”.

Renovación de la gracia bautismal
Además, monseñor Mestre llamó a la reflexión: “¿Qué hace el sacramento del Bautismo en nosotros? La segunda lectura de hoy nos da la clave. Aparece con claridad la referencia a la gracia, es decir el poder salvador de Dios que entra en el corazón y capacita para ‘obrar el bien con sobriedad, justicia y piedad’”. 

Por eso, destacó que estas acciones se sintetizan en dos verbos: renacer y renovar. “Esta es nuestra dignidad bautismal: haber renacido por el Bautismo y haber sido renovados por el Espíritu Santo. Bautizarse es haber sido sumergido en el Misterio del Dios Uno y Trino. Esto que aconteció ayer sigue teniendo su efecto hoy. El Bautismo de muchos o pocos años atrás sigue teniendo su eficacia en el presente si nos dejamos renovar por el Espíritu”, expresó.

Catequistas convencidos de la centralidad del Bautismo
En el último punto, el obispo resaltó que, además del catequista como ministerio, “se es catequista de forma asistemática en la vida toda”. 

Y exhortó: “Con respecto al Bautismo y, especialmente, al Bautismo de niños pequeños, debemos recuperar nuestra vocación y actitud catequística de forma paradigmática en todos los momentos y ambientes de nuestra vida. Ante las corrientes secularistas de nuestro tiempo es muy importante proponer, sin imponer, la belleza de la celebración del Bautismo de los bebés”.

En cuanto a esto, animó a “recuperar la dimensión del hermoso regalo que se le hace al niño cuando es bautizado: la gracia de Dios que libera del pecado de los orígenes y la presencia como sello permanente de la Santísima Trinidad en el corazón de quién recibe este sacramento”. 

Para terminar, monseñor Mestre invitó a que "no tengamos miedo de formarnos y formar, instruir, catequizas sin imposiciones, pero con claridad ante el inmenso regalo de la gracia sacramental”.+