Mons. Carrara: "El nuevo nombre de la paz es el desarrollo humano integral"

  • 3 de enero, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
Con una misa presidida por el primado de la Argentina, cardenal Mario Poli, la arquidiócesis de Buenos Aires celebró la 55ª Jornada Mundial de la Paz.

En la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, la arquidiócesis de Buenos Aires celebró la 55ª Jornada Mundial de la Paz, con una Eucaristía presidida por el arzobispo y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, en la catedral metropolitana.

La misa estuvo concelebrada por los obispos auxiliares de Buenos Aires, monseñor Juan Carlos Ares; monseñor Enrique Eguía Seguí, monseñor José María Baliña; monseñor Alejandro Giorgi y monseñor Gustavo Carrara, quien tuvo a cargo la homilía.

En sus palabras, monseñor Carrara expresó: "Volvemos nuestra mirada al pesebre y confesamos que Jesús es Dios hecho hombre por amor. Y por esta razón, la Santísima Virgen es Madre de Dios. Como dice el apóstol Pablo: 'Dios envió a su Hijo nacido de una mujer'".

"A su vez nos convoca la celebración de la 55ª Jornada Mundial de la Paz. El tema que nos propone el papa Francisco para reflexionar es: 'Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera'", señaló el obispo.

"Empezamos el año, y como si fuera un cuaderno de hojas en blanco, está todo por escribirse. Ahora bien, el parate covid, la pandemia, un poco a la fuerza nos ha hecho más humildes, renunciamos así a la tentación de querer prever todo, controlar todo", observó.

"Comenzamos el año. Es claro que no renunciamos a la esperanza, y es así que hoy pedimos la bendición de Dios", continuó, recordando la bendición del libro de los Números, y que tanto le gustaba pronunciar a San Francisco de Asís: “Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti, y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro, y te conceda la paz".

En ese sentido, recordó que "la paz es un don de Dios y a la vez una tarea que Él nos confía. Y en cuanto a misión que se nos da, podemos decir que el camino de la paz es el desarrollo humano integral".

Y agregó: "La paz es fruto del esfuerzo compartido y por eso como señala Francisco en Fatelli tutti Nº 228-232 es arquitectura y a la vez artesanía. 'Existe, en efecto, una 'arquitectura' de la paz, en la que intervienen las distintas instituciones de la sociedad, y existe un “artesanado” de la paz que nos involucra a cada uno de nosotros personalmente. Todos pueden colaborar en la construcción de un mundo más pacífico: partiendo del propio corazón y de las relaciones en la familia, en la sociedad y con el medioambiente, hasta las relaciones entre los pueblos y entre los Estados".

Y profundizando en este espíritu de arquitectura y artesanado, recordó los caminos que Francisco propone en el camino de la paz: El diálogo intergeneracional, indispensable para "caminar juntos", con respeto y escucha atenta de la realidad; y la creación de trabajo, "para que todo ser humano en edad de trabajar tenga la oportunidad de contribuir con su propio trabajo a la vida de la familia y de la sociedad".

Finalmente, invitó mirar nuevamente desde el pesebre, "es decir, desde la periferia". Y afirmó: "Allí muchas veces descubrimos un pueblo que lucha por dignidad y libertad. Es necesaria una conversión de mirada. Por eso hay que revalorizar los trabajos de cuidado de las personas, especialmente entre las mujeres, no debidamente reconocidos. A su vez no tratar peyorativamente a quienes reciben el salario social complementario, para no caer en la indigencia, afirmando que no quieren trabajar".

"Hace un tiempo en un encuentro en que participaban integrantes de una cooperativa de cartoneros, uno de ellos decía: 'cómo me van a decir que no trabajo, si lo hago todo el día'. Y es verdad ¿Cuántos hombres y mujeres vemos tirando de un carro muchas horas al día con este calor sofocante o en el crudo invierno? Otro de sus compañeros con más responsabilidad en la cooperativa decía: 'Yo el viernes no me voy tranquilo a casa, si mis compañeros no vendieron lo que juntaron, porque viven al día'", testimonió.

"Mientras una gran parte de nuestro pueblo, especialmente niños, niñas y adolescentes, viven en la miseria no podemos ser verdaderamente felices. El nuevo nombre de la paz es el desarrollo humano integral. Siempre la dignidad de la persona humana en el centro, en una lógica del cuidado y la misericordia. Es necesario empezar desde los últimos para llegar a todos. Junto a ellos tenemos que ser arquitectos y artesanos de la paz", concluyó, pidiendo la bendición de Dios y el cuidado de la Virgen, para transitar ese camino de paz en 2022.+

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