La Pastoral Familiar Castrense planteó los desafíos para "caminar juntos"

  • 21 de diciembre, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
El obispo castrense, Mons. Santiago Olivera, participó el 18 de diciembre del Encuentro de Pastoral Familiar, que se desarrolló en la parroquia Nuestra Señora de Luján Castrense, de Buenos Aires.

Los miembros de la Pastoral Familiar Castrense mantuvieron el sábado 18 de diciembre un encuentro en la parroquia Nuestra Señora de Luján Castrense, de la ciudad de Buenos Aires.

La actividad comenzó en horas del mediodía, y contó con la presencia del obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, que llegó a la ciudad luego de la Ordenación Episcopal del nuevo arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Rossi.

El prelado presidió la misa de inicio del encuentro, concelebrada por el vicario general, monseñor Gustavo Acuña; el canciller y capelán mayor de la Armada Argentina, padre Francisco Rostom Maderna; capellanes mayores de las distintas fuerzas; el rector del seminario diocesano, padre Daniel Díaz Ramos; el rector de la catedral castrense Stella Maris, padre Diego Pereyra; el párroco anfitrión, monseñor Alberto Pita; el vicario de Pastoral Familiar Castrense, padre Marcelo Mora, y otros capellane. Participaron también seminaristas castrenses y familias castrenses.

Monseñor Olivera agradeció en primer lugar a los presentes, y les transmitió una serie de detalles a la hora de avanzar con el trabajo en el encuentro: "El desafío es, como matrimonios castrenses de esta peculiar diócesis, y para quienes estamos justamente para servirlos -por tener una particular manera de vivir la fe y las problemáticas que esto implica en la familia- que pensemos juntos, trabajemos, busquemos caminos para acompañar a las familias de nuestros hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad”.

En ese sentido, pidió: "Abordemos este desafío pensando en toda la problemática que suponen traslados, desarraigo, situaciones familiares, aún también la dimensión de la entrega de la propia vida si fuera necesario por defender la Patria, por cuidar a nuestro pueblo, a nuestra gente. Por lo tanto, debemos ser creativos para responder como familia castrense a las nuevas realidades".

"Por otra parte, en esta cultura donde muchos de nuestros jóvenes están combatidos con respecto a la familia, a la valoración de ella, debemos ser testigos de la alegría, debemos ser familia de alegría, quienes comparten la vida para siempre, la certeza de transitar juntos la vida”, exhortó.

"Creo que éste es el desafío para los jóvenes de hoy, que tienen miedo a compromisos definitivos o estos son mentalmente tentados por las nuevas modas culturales donde la valoración de la familia no parece tanto y esto es lo que nosotros tenemos que trabajar y fortalecer. Avancemos valorando que, como familia castrense, nosotros estamos en todo el país y por eso nos llena de alegría a los que seamos, no importa que seamos uno, dos, tres, cuatro o cinco, lo importante es que estamos”, profundizó.

Finalmente, monseñor Olivera expresó: "Estemos seguros de que este encuentro dará futo. Los invito, los animo, a que el año próximo sigamos, los convoco a ser creativos, a pensar en generar retiros, encuentros para compartir la vida juntos. A mí me dio mucha alegría este puntapié inicial, retomando la tarea pastoral y, si Dios quiere, algún día podremos pensar un congreso de familias castrenses, uniéndonos en todo el país, eso lo podemos pensar con ilusión para el futuro”, anheló.

Continuando con el desarrollo del encuentro y lugeo del almuerzo, el vicario de Pastoral Familiar Castrense, padre Mora, presentó la base del trabajo a desarrollar. De esta manera, cada uno de los asistentes, pudieron contemplar los puntos fundamentales a tener en cuente en este camino sinodal diocesano.

Entre los detalles compartidos, el padre Mora planteaba el hacer memoria sobre cómo el Espíritu ha guiado el camino de la Iglesia en la historia y nos llama hoy a ser juntos testigos del amor de Dios. Además, habló sobre experimentar modos participados de ejercitar la responsabilidad en el anuncio del Evangelio y en el compromiso por construir un mundo más hermoso y más habitable.

Seguidamente, los presentes se dividieron en grupos donde abordaron en el desarrollo del cuestionario planteado por la diócesis en el camino sinodal. En especial, trabajaron en las respuestas la primera parte del mismo, dedicado a la “Mirada de la vida interna de la Iglesia”.

Entre las consultas planteadas, abordaron sobre las características de la diócesis particular, compartiendo experiencias sobre las alegrías compartidas, dificultades, entre otras. Luego del trabajo individual, los grupos compartieron sus distintas conclusiones llegando a elaborar un consenso en general.+