Mons Mestre: "No enroscarse con lo malo de nuestro interior"

  • 1 de septiembre, 2021
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
En su reflexión de este domingo, el obispo de Mar del Plata invitó a reflexionar sobre la verdadera pureza, a diferenciar la hipocresía de la debilidad y a no dialogar con lo malo.

En el domingo 22 ° durante el año, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre meditó el evangelio con sus tradicionales tres puntitos resumidos en tres palabras: pureza, hipocresía y dialogar. 

La pureza
En cuanto a la primera parte, el obispo advirtió “un exceso de pureza ritual que hace perder de vista la pureza en el sentido total del término”. A partir de las lecturas del día, remarcó que “queda claro que la pureza es algo integral. Implica a la totalidad del ser humano y no solo a un aspecto. Aquí, en la crítica de Jesús, se traduce en una suerte de obsesión desencajada solamente por lo ritual, pero podría caerse en otras formas de desenfoque. Por ejemplo, la obsesión por la pureza sexual y nada más, o la obsesión por la pureza en la doctrina y nada más ”.

“Lo que es válido en si mismo puede transformarse en algo negativo si se lo absolutiza negando el valor y la importancia de otros aspectos”, aseguró y exhortó a ser totalmente puros “en la fe, en el rito, en la sexualidad, en la economía, en la afectividad, en la vida personal, en la experiencia comunitaria, en la realidad social, en los ámbitos políticos y sociales ”.

La hipocresía
“Hipócrita viene del griego hypokrites que, en su sentido original más antiguo, significa algo así como actuar en el teatro”, enseñó el obispo. “Ya en la época de Jesús y, por supuesto, en la actualidad en español, hipócrita adquirió una carga claramente peyorativa y negativa. Es aquel que actúa en la vida, es decir, el que protagoniza un papel distinto de lo que hay en su corazón, es el que anda y se presenta con máscaras ante los demás. Lo que de forma vulgar decimos en un español argentinizado y rioplatense: 'es un careta'”, expuso.

En ese sentido, se percató de que "esto puede darse en cualquiera de nosotros y en cualquier ámbito de la vida", pero llamó la atención para no confundir hipocresía con debilidad: "El débil es quien decididamente busca de palabra y de obra el bien y la verdad, pero, a veces por fragilidad es tentado y cae en el mal y la mentira”.

Las malas intenciones: dialogar con lo malo del propio interior
Al final del relato evangélico hay una lista de 13 vicios y pecados. Monseñor Mestre se detuvo en el primero, que se traduce como “malas intenciones”. Esto significa “dialogar con lo malo que hay en el propio interior”, expresó. “Notemos la riqueza de la expresión como raíz de nuestro pecado. Los 12 que siguen son más puntuales y concretos. Este, el que encabeza la lista, es como la base que se plasmará en los demás vicios y pecados”.

Finalmente invitó a que “no dialoguemos, no nos enrosquemos con lo malo que pueda haber en nuestro interior sino con lo bueno, con la semilla de bien que Dios ha sembrado en nuestro corazón”. “No dialoguemos con eso malo para no ser rosqueros en las relaciones con los demás”, aconsejó.+